El Archivo Histórico Diocesano se embarcó en 2020 en un ambicioso proyecto de modernización de sus fondos y sus servicios con el claro objetivo de convertirse en un servicio de referencia, al día con los nuevos adelantos tecnológicos y al servicio de los ciudadanos.
Gracias a la labor del grupo de voluntarios que se han sumado a este proyecto a lo largo del camino, y a la adquisición durante estos años de dos equipos de digitalización de alta calidad y equipos informáticos para la búsqueda por parte de los usuarios, es posible la consulta de las 1.797.373 partidas sacramentales ya indexadas.
Igualmente, se ha puesto en marcha una infraestructura web y de bases de datos que permite que los más de 90 voluntarios del Archivo puedan indexar partidas sacramentales desde sus hogares.
La base de esta modernización es la posibilidad de digitalizar los documentos, permitiendo su consulta a través de medios informáticos, su indexación y, en esencia, su preservación. Por esto, el Archivo Histórico Diocesano llegaba a una cifra que es motivo de celebración: se han alcanzado los 5.000 libros digitalizados, lo que supone una parte importante de los fondos custodiados. La dotación da las gracias a todos los que han hecho posible este logro.
Este hito forma parte del objetivo por el que se lleva trabajando sin descanso los últimos años: modernizar el acceso a los libros, mejorando su conservación y poniendo al servicio de los usuarios el rico patrimonio histórico que forman parte de los fondos de este Archivo.
«La memoria es el presente del pasado», frase de San Agustín que puede leerse en una de las paredes de cristal resume el quehacer del Archivo Histórico Diocesano, que el 9 de enero quedó inaugurado en su nueva ubicación (estaba en la tercera planta del palacio episcopal y ahora en la calle San Marcos). Asimismo -y también visible en ese tabique transparente-, el Código de Derecho Canónico (canon 486), indica que «se ha de establecer en cada curia, en lugar seguro, un archivo o tabulario diocesano, en el que se conserven con orden manifiesto y diligentemente guardados los documentos y escritos correspondientes a los asuntos diocesanos, tanto espirituales como temporales».
Coincidiendo con la inauguración, su director, Dionisio Antolín, anunció la próxima puesta en marcha de una página web específica en la que se volcaría toda esta información para permitir el acceso online a la información.
Del palacio episcopal a las nuevas instalaciones se trasladaron unas 12.000 cajas A-Z con unos 27.000 libros, según explicó Dionisio Antolín, en mayor medida sacramentales (bautismo, matrimonio, defunción), pero también de cuentas, de fábrica y cofradías.
Cabe señalar, asimismo, que la inauguración de las nuevas instalaciones sirvió para que, una vez más -y no se cuentan con los dedos de una mano- se hiciera un llamamiento a las parroquias que no lo han hecho para que depositen sus libros en el Archivo Histórico Provincial para su conservación en las mejores condiciones. Así, según expuso Dionisio Antolín, además de algunas pequeñitas, faltan Aguilar de Campoo, Astudillo, Osorno, Dueñas, Ampudia, Becerril de Campos y Fuentes de Nava.