Pan, queso y vino como símbolo de unión

DP
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Villamuriel de Cerrato degusta 2.500 raciones repartidas entre los vecinos en la festividad de San Roque, cuyo programa de actividades incluyó una quedada para bailar la jota de la localidad

Pan, queso y vino como símbolo de unión - Foto: Óscar Navarro

Festividad de san Roque y en Villamuriel de Cerrato día de voto de villa. Un año más, por la  mañana se procedió a la bendición del pan, queso y vino que, por la tarde, a eso de las 18 horas, se repartió como símbolo de hermandad y unión entre los vecinos. «No está clara la fecha de origen, pero se dice que en una época de peste, el pueblo vivía una situación de hambruna y enfermedades y el Ayuntamiento y la   Iglesia decidieron dar un trozo de pan, queso y vino a las familias del pueblo», explica el alcalde, Roberto Martín, quien añade, a renglón seguido, que «comenzó siendo a los cabezas de familia y viudas, para después llegar a generalizarse y darse a todo el mundo».

Pasaban unos minutos de las 18 horas cuando Antonio, el primero en llegar, sobre las 17,30 h, y guardar cola, recogió su ración, que cabe calificar de generosa, y es que estaba compuesta de un fabiolín y una pieza de queso de 100 gramos. Detrás fueron desfilando vecinos, alineados en las calles aledañas bien al sol o la sombra según el recorrido hasta completar el reparto de las 2.500 raciones preparadas (pan de las panaderías del pueblo, queso de quesería Villa de la Nava de Fuentes de Nava y vino de la bodega Remigio de Salas).

color. El programa de actos de la jornada incluyó un vermut con ruta y degustación de limonada y tapas por los locales de las peñas participantes, amenizado por la charanga Los Chiguito, Jarra y pedal, Duff, Berta, Diablo Cojuelo, Colocaos, Rioko, Gariteros, La Casa, Mamahous, Talego, San Marcos, Otra Movida, Caifas y Decídete. Una de las  consignas era acudir con camisa hawaina y merced a eso también el reparto de pan, queso y vino tuvo toques de color. 

El reparto, amenizado por el Grupo de danzas Aldaba y los dulzaineros Esclusa 33, se desarrolló en una tarde especialmente agradable, con una temperatura soportable incluso al sol, que hizo que todo fuera más llevadero.  Media hora antes del reparto general se hizo lo propio en el Hogar del Pensionista para los mayores. Momento de especial significado fue también el dedicado a bailar la jota de Villamuriel que, como expresó el alcalde en los instantes previos, se esperaba superar el centenar de personas.  Cabe decir que los interesados en aprender pudieron  visionar los pasos de la misma en un video tutorial en las redes sociales de Aldaba y Ayuntamiento.

Señalar, por último, que las fiestas de la Virgen y San Roque de Villamuriel concluyen el lunes con la tradicional calderetada.