En cualquier equipo ganador, siempre hubo un futbolista que paraba el tiempo. A todos los jugadores que alcanzan la élite se les presupone un mínimo de técnica individual, pero mantener la calma en momentos clave para exhibirla es un misterio al alcance de muy pocos. Pedri pasa por ser el penúltimo ejemplo de talento natural en nuestro fútbol… pero el gran público le ha perdido la fe: muchas lesiones han ido erosionando al genio que venía. Por eso, a menos de un mes para el arranque de la Eurocopa, su doblete ante el Rayo, dos fogonazos en apenas cuatro minutos, que 'aparezca' el pequeño genio de Tegueste es una estupenda noticia.
El canario lleva año y medio sin ir convocado con la selección: lo 'dejó' tras el Mundial de Qatar y, por consiguiente, todavía no ha recibido una llamada de Luis De la Fuente. Un periplo en el que ha combinado lesiones, recaídas, baja forma y falta de fe en su propio juego. Apenas unos destellos entre enfermería y enfermería. Una situación difícil de soportar mentalmente para un futbolista de apenas 21 años. El baño de confianza del pasado domingo, además, conllevó el detalle esperanzador del segundo gol: un desmarque de ruptura en el que le siguieron las piernas tanto en explosividad y velocidad como en precisión a la hora del remate.
«He trabajado mucho para estar en forma a final de temporada y me siento con seguridad», explicaba Pedri, más que satisfecho con estos 'últimos kilómetros' de la 23-24. En Almería enlazó dos titularidades consecutivas por primera vez en muchas semanas, y su vuelta al banquillo, ante el Rayo, se saldó con esa irrupción estelar del primer doblete de su carrera profesional. El centrocampista ha participado en apenas 33 encuentros (1.937 minutos, 59 por partido) con un balance de cuatro goles y cinco asistencias… y la permanente sensación de saltar al césped para encontrar la forma.
Ahora, el chico de los 22 millones (lo que el Barça pagó a Las Palmas en verano de 2019) pedalea contra el reloj para estar en la lista que el seleccionador desvelará este lunes. Salvo sorpresa mayúscula, Pedri estará entre los 26 elegidos y, si demuestra llegar con el físico a punto y la mente despejada, además tendrá galones de indiscutible.
Donde todo empezó
El jugador regresaría al punto fatídico donde 'todo' empezó, entendiendo por 'todo' el más que probable origen de sus constantes lesiones. La Eurocopa de 2021 (más los Juegos Olímpicos de ese mismo verano en Tokio) marcaron una temporada asfixiante para un chico de 17 a 18 años: en la 20/21 disputó 70 partidos sin apenas descansos, 52 con el Barça (3.525 minutos) y 18 con la selección. En el recuerdo de todos los aficionados, esa Eurocopa en la que el rostro de Pedri fue demacrándose prórroga a prórroga (España disputó tres consecutivas ante Croacia en octavos, Suiza en cuartos e Italia en semifinales). Lo que el canario no esperaba es que apenas dos semanas después, en los JJOO, volvería a un 'tour de force' bestial: otros seis partidos… otra vez los tres últimos (Costa de Marfil en cuartos, Japón en semifinales y Brasil en la final) sellados con sendas prórrogas.
Entre la final olímpica (7 de agosto) y el primer partido de Liga del Barça (15 de agosto) hubo un largo viaje, apenas dos entrenamientos… y sí, Pedri jugó los 90 minutos ante la Real Sociedad. Sin descanso, más en un cuerpo en plena formación, el 'ocho' azulgrana se rompió pronto. Desde entonces, acumula ocho lesiones musculares (435 días de baja) y se ha perdido 75 partidos. Solo esta temporada, la que iba a ser la de su 'retorno', ha sufrido tres percances, dos de ellos de relativa gravedad en el muslo. 19 partidos de ausencia que, puestos a buscarles el lado positivo, le permiten llegar con las piernas frescas a la Eurocopa, la cita en la que todo buen aficionado al fútbol quiere volver a disfrutarlo.