La compañía Includanza, de la Fundación San Cebrián, hizo su primera actuación en Villamuriel de Cerrato en noviembre de 2022. Mañana, los seis bailarines y su coreógrafa se subirán a las tablas del Patio del Teatro Principal para representar su trabajo Cartas para ti, un espectáculo dirigido por la educadora social Natalí Camolez, y que forma parte del Festival Internacional de Danza Contemporánea (CDC).
¿Cómo surgió Includanza?
Fue mi Trabajo de Fin de Grado de Educación Social. A partir de ahí, como ya había hecho las prácticas en la Fundación San Cebrián, propuse experimentar la danza creativa con personas con discapacidad. Luego surgió una oportunidad de empleo a través de Plena Inclusión Castilla y León para desarrollar un proyecto de dinamización comunitaria, en el que propuse utilizar parte del tiempo en llevar a cabo lo que hoy es Includanza.
¿Cómo ayuda este proyecto a las personas con discapacidad?
Sus habilidades sociales y de relaciones mejoran mucho.
No diferencio la forma de trabajar entre Includanza y otros grupos. Sigo las mismas pautas, con su disciplina, responsabilidad, respeto hacia el trabajo y los materiales… Todo eso hace que mejoren en cuestiones como el tema de la puntualidad o entiendan la importancia de relacionarse entre ellos.
¿Cuántas personas conforman la compañía?
Seis bailarines con discapacidad y yo. No obstante, detrás está el trabajo de muchas manos. La parte de atrezo, vestuario y construcción de los espectáculos no está hecha solo por nostros.
¿En qué consiste su espectáculo Cartas para ti, que representan mañana en el Festival Internacional de Danza Contemporánea?
En Cartas para ti hemos recuperado la importancia del mensaje textual y la letra de las canciones. Trabajamos con la idea de un bufón que reparte cartas. Si bien por su mensaje está destinado a un público más adulto, el espectáculo lo puede disfrutar todo el mundo, entre los 0 y los 100 años.
¿Ilusionados por esta oportunidad?
Muy ilusionados. Por una parte, porque bailar en la capital, en un escenario que pertenece al Teatro Principal, es un honor. Por otra, porque uno de los objetivos del proyecto se está alcanzando de manera óptima: crear espacios de protagonismo para las personas con discapacidad en lugares antes no contemplados. El CDC ya tiene un recorrido excepcional, y que haya generado ese espacio y cuente con nosotros para estrenar este nuevo lugar de actuación dentro de la programación oficial nos hace muchísima ilusión.
Yo fui la ganadora de la segunda edición del festival. Es maravilloso volver a encontrarme con él desde otro lugar, que no es el de bailarina, sino el de persona que propone una idea innovadora.
¿Le trasladan los bailarines los nervios antes de la actuación?
Si no tienes mariposas en el estómago antes de subir al escenario, tu misión artística ha terminado. Nosotros siempre las tenemos. Escuchar a los asistentes entrar y saber que hay gente que viene a ver el espectáculo es muy motivador para ellos, al igual que también les genera algunos nervios. No obstante, como llevamos muchas actuaciones en poco tiempo, los bailarines tienen seguridad en lo que hacen, independientemente del contexto. Ya sea un teatro, una plaza pública, un centro educativo o un patio, saben gestionar los nervios.
Ha destacado antes que su principal objetivo es dar protagonismo a las personas con discapacidad en espacios que anteriormente no lo contemplaban. ¿Considera que se está consiguiendo?
Tanto para la Fundación San Cebrián como para mí es fundamental que lo consigamos porque es su derecho. Ellos también son ciudadanos, personas que forman parte de la sociedad y que tienen vida y familias. En la provincia y la comunidad carecemos desde la parte pública de este tipo de proyectos y oportunidades. En Madrid, Andalucía o Valencia ya tienen muchas propuestas desarrolladas dentro de las artes escénicas que contemplan la inclusión. Si coges la programación de un teatro de Madrid, por ejemplo, de todas las fechas programadas, hay al menos cinco de arte inclusivo. Las personas con discapacidad ya están ocupando esos espacios.
Includanza es un llamamiento para la provincia y la comunidad. El enfoque está cambiando la forma en la que debemos mirar a las personas con discapacidad. Antes se quedaban fuera, realizando únicamente trabajos ocupacionales, y hoy ya tenemos en cuenta sus necesidades y voluntades.
Independientemente de la condición que tengan, con los apoyos adecuados, pueden lograr lo que estamos logrando con la compañía. Llevamos más de 30 actuaciones en las que nos han visto unas 3.000 personas, y no han fallado en ninguna. Han cumplido en la profesionalidad, los horarios y el respeto hacia el público.