El objetivo de la cámara, el encuadre y el cuidado de la imagen dieron enormes satisfacciones a Javier Marín, reconocido profesional de la fotografía durante 43 años en Palencia, que ayer estrenó -para exponer un completo estudio que ha realizado- un ciclo de conferencias en el centro de mayores de La Puebla bajo el título ¿Qué agua bebo?, que seguirá con dos ponencias más el día 29 en el centro de San Juanillo y 6 de febrero en la biblioteca pública.
«Todo surgió a raíz de un problema de riñón serio por el que mis médicos me aconsejaron beber agua envasada, ya que la del grifo podía contener impurezas, arenillas y otras sustancias en suspensión y afectar a mi enfermedad. Así, debía tomar agua de mineralización débil y especialmente baja en sodio. A partir de ahí empecé a investigar», indica.
Este amante de la imagen y de la vida y obra de Antonio Machado, poeta sobre el que llegó a dar varias conferencias, confiesa que ni sus amigos machadianos, ni el mismo, hubieran imaginado que ahora pudiera disertar sobre un estudio en torno a la calidad de las aguas minerales comercializadas y la potable consumida en el ámbito doméstico. «Todo parecía ser normal hasta que me topé en mi supermercado habitual con una variedad de marcas de aguas que me abrumaron. Para conocer cuál era la que menos sodio tenía, tomé nota de la composición química que el agua debe llevar. Tiré por la calle de en medio y visité once establecimientos y saqué fotos de las etiquetas de 40 marcas», detalla.
El tema de la calidad del agua empezó a llamarle la atención y ahondó mucho más en él. El trabajo de campo lo plasmó en unas tablas con todas las marcas de agua y los componentes que deben contener, caso del Residuo seco, Bicarbonatos, Calcio, Cloruros, Fluoruros, Magnesio, Potasio, Sílice, Sulfatos, Sodio y PH. También incluyó una puntuación media y el precio por litro de cada marca, sacando unas conclusiones que irá desgranando estos días, en los que le acompaña un biólogo para hablar sobre los residuos plásticos que afectan a calidad del agua. En la investigación constató que el agua de la ciudad está entre las mejores de España con una analítica extraordinaria y que, tras la de Guadalajara es la más barata. «Como ejemplo, por el precio medio de una botella de agua de 1,5 litros -0,42 euros - podemos beber del grifo un metro cúbico, que son 1.000 litros. De la envasada palentina, las marcas Lebanza y Acuadomus son de las mejores del país. Por su gran rentabilidad, este negocio se conoce como el Oro Azul, y existen 150 manantiales en servicio», señala.