Nueva derrota del Zunder Palencia, pero con dignidad, dando todo lo que lleva dentro, con aciertos y desaciertos, para morir en la orilla a un minuto para el final del encuentro.
No había pasado ni un minuto de juego y Pasecniks, como reconocimiento de su extraordinario partido en Girona, ya recibía los primeros apoyos al grito de MVP. Un gorro, una falta provocada, los dos tiros libre fallados y la primera canasta en juego era su balance en estos primeros sesenta segundos. Anzejs en estado puro. Era el preludio de lo que iba a ser un nuevo brillante partido del letón.
Con los soldados Piñeiro y Chumi Ortega era fácil de adivinar el espíritu combativo del equipo, el grado de intensidad que le quería dar Guil al partido desde el inicio. Así fue, defensa agresiva, llegando rápido a las cinco faltas, y haciendo daño en la pintura (así llegaron sus ocho primeros puntos) ante el desacierto inicial en el tiro exterior. Franke rompió esa dinámica con un tiro libre y el primer triple convertido. A Baxi Manresa se le atragantaba la zona morada, una de las señas de identidad del nuevo técnico desde su llegada. Un campo de minas. Dani Pérez, que había sido recibido con muchos aplausos como héroe del ascenso del 2016, se llevaba los pitos, junto especialmente al trío arbitral, tras una antideportiva a cinco segundos para el final del primer cuarto, que significó el 17-17.
En el inicio del segundo periodo, tras los errores en el lanzamiento de Franke y Frankamp entraban Chumi, Van der Vuurst y Pasecniks al rescate, a poner las cosas en su sitio. Dos triples del neerlandés, que ha vuelto a recuperar su gran nivel, llevaban la renta más amplia local hasta ese momento, cuatro puntos, que poco después se convertían en negativos. El juego ofensivo local se basaba principalmente en un Pasecniks imparable, que ha dado un paso gigante en su juego, nunca mejor dicho, siendo ahora mismo pieza vital en su equipo. Se cree en él y se lo está creyendo. La mala noticia para los locales era que el lanzamiento exterior manresano le empezaba a funcionar. Ubal se convertía en la sombra de Dani Pérez. 41-39. El equipo morado estaba teniendo una buena lectura del partido. Su rival, uno de los ocho mejores de la primera vuelta y, por lo tanto, clasificado para la Copa del Rey, no se estaba sintiendo cómodo, no desplegaba su juego eléctrico. Le costaba atacar la zona y no encontraba manera de parar a Pasecniks. El trío arbitral, para no variar, porque es una constante, encendió todavía más a la grada en la reanudación, tras una técnica a Pasecniks al pedir una justa falta y tiro adicional. Qué fácil es ensañarse con el débil!
El letón seguía sumando tantas faltas rivales como moratones. Chumi Ortega levantaba a la grada, entre ellos a su excompañero, el querido McGrew, presente como espectador (lástima que no como protagonista en la cancha) tras un 2+1. El partido se desarrollaba en un constante intercambio de canastas y cortas ventajas de uno y otro. Tres tiros libres convertidos por Franke le daba a los morados su máxima renta del partido, cinco puntos, a un minuto del decisivo último cuarto, marcador que se mantuvo, 66-61.
Al triple de Van der Vuurst respondió Badio, uno de los destacado de los visitantes. Acción reacción también en el duelo de tiradores Frankamp-Dani Pérez (brillante en su regreso a la que fue su casa y la de su pareja). Los de naranja seguían con su festival de decisiones incomprensibles, principalmente en un mismo sentido. El triple de Dani Pérez colocaba a los manresanos a uno y provocaba el tiempo muerto de Luis Guil. El equipo catalán volvía a ponerse por delante después de un buen tiempo. Empezaba a encontrar resquicios en la zona local y le entraba el lanzamiento exterior. Incluso parecieron encontrar el antídoto Pasecniks. Apareció Piñeiro, el Chumi portorriqueño, para poner de nuevo las tablas a tres minutos para el final. Manresa anotaba de tres en tres en el momento que tiemblan las muñecas. Al Zunder no le funcionaba su juego exterior en el peor momento, 80-84 a 1'55'' y llamada a filas de Guil. Badio, con dos canastas consecutivas, mantenía la renta de seis puntos. A cuatro se entraba en el último minuto. Otra puntilla de Badio, una buena defensa sobre Pasecknics, otra polémica decisión, otros dos tiros convertidos por Badio y se acabó el partido.