Jamón, paletilla, codillo, panceta, chuletillas, cinta de lomo, chuletas, oreja, cabeza, papada, solomillo y manos. Esta son las doce partes resultantes del despiece del cerdo, un animal que se aprovechaba en tiempos pasados de cabo a rabo para llenar la despensa y garantizar la alimentación de las familias, especialmente en el medio rural.
Precisamente, aquellos tiempos fueron los que rememoró el Ayuntamiento de Venta de Baños en la matanza del cerdo de Baños de Cerrato, que alcanzó en su décimo sexta edición en una jornada de una desapacible temperatura que no superó los diez grados centígrados.
La plaza de Castilla se convirtió en el epicentro de esta popular celebración que promueve la Concejalía de Cultura con la colaboración de las asociaciones San Juan de Baños y Santa Bárbara, amén de la Diputación y Cerealto Siro.
Por allí pasaron cientos de vecinos y curiosos para asistir al rito de la matanza, en la que se procedió a destazar al animal con las explicaciones oportunas (fue un despiece didáctico) y como antaño se hacía en las casas de pueblo una vez que había alcanzado el peso suficiente. La degustación de sopas de ajo, pastas y orujo sirvieron para entrar en calor mientras los asistentes observaban la destreza del matarife en una tarea ardua y nada sencilla que requiere de buena mano y los conocimientos necesarios.
Entre tanto, la animación musical corrió a lo largo de la mañana a cargo de los Dulzaineros de Venta de Baños y por la tarde de Abby y Miguel, mientras que el grupo municipal de danzas realizó una exhibición de bailes tradicionales. Otro de los atractivos de la jornada fue el mercado de productos de Palencia, con una decena de expositores vinculados al club de calidad Alimentos de Palencia en los que se podían comprar desde morcilla hasta pastas, pasando por conservas, setas y embutidos. Además, la basílica de San Juan de Baños permaneció abierta a las visitas para dar a conocer a los turistas esta joya visigoda del siglo VII, la iglesia en pie más antigua de España.
Lomo, panceta, chorizo y morcilla sirvieron para hermanar a los vecinos de Baños en una merienda popular que hizo las delicias de más de 800 cerrateños (ese es el número de tickets que se vendió).
«Es muy importante mantener estas tradiciones para recordar cómo era antes la vida en los pueblos y que las generaciones venideras lo conozcan», afirmó el concejal de Cultura, Alfredo Tamayo.