A la caza de vivienda rural

Alba Míguez (Ical)
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Pese a la gran cantidad de hogares vacíos en los pueblos, es casi una misión imposible encontrar uno disponible para alquilar o comprar. Aguilar tramita 250 licencias para la construcción o rehabilitación en los dos últimos años

A la caza de vivienda rural - Foto: Brágimo ICAL

En los últimos 20 años, Castilla y León ha perdido cerca de 200.000 ciudadanos, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Una sangría poblacional que afecta especialmente a los municipios de menos de mil habitantes, con una merma de la población de hasta el 30 por ciento solo en la última década. Estos pueblos son, precisamente, donde se ubica el 40 por ciento de las viviendas construidas en la Comunidad. Sin embargo, eso no significa que todas ellas estén habitadas. Es más, lo cierto es que hay una preocupante paradoja ya que no siempre es fácil encontrar una casa para comprar o alquilar pese a la gran cantidad de inmuebles vacíos. Una situación que se plantea como un auténtico desafío para las administraciones y los propios vecinos.

Esto se debe a que muchos de los hogares están abandonados, deteriorados, han sido heredados o necesitan de una importante inversión para poder ser habitadas. También es habitual que muchas de esas casas sean segundas residencias o que la normativa urbanística no las permite salir al mercado. Eso se traduce en un lastre más para un mundo rural obligado a nadar continuamente a contracorriente para poder sobrevivir. Un obstáculo que los propios ayuntamientos intentan sortear para evitar que todo aquel que apueste por vivir o emprender en los pueblos no acabe desterrando esa idea ante la imposibilidad de encontrar un hogar. Para ello, entre otras cosas, se han puesto en marcha incentivos, programas de subvenciones y créditos a bajo interés para la rehabilitación de viviendas, el fomento del alquiler, la simplificación de trámites o la promoción de cooperativas.
aguilar de campoo. Una de esas localidades es Aguilar de Campoo. Un municipio que gracias a empresas como Siro o Galletas Gullón, no solo ha conseguido revertir la curva poblacional, sino que incluso ha disparado la demanda de viviendas. Por eso, desde el ayuntamiento están tratando de favorecer la construcción de nuevas promociones de viviendas. 

«Hemos conseguido una línea de ayudas para la rehabilitación del casco urbano y estamos intentando liberar suelo de titularidad privada para poder ofrecérselo a la Junta, que ya se ha comprometido de manera firme a construir nuevos inmuebles. De hecho, ya ha terminado la obra de 19 nuevas viviendas, está construyendo otras 18 y estamos estudiando espacios y lugares para seguir construyendo viviendas públicas accesibles con ventajas en subvenciones», explica a la Agencia Ical la alcaldesa del municipio, María José Ortega.

Todo ello para contribuir y respaldar a la gente que apueste por quedarse en el medio rural, especialmente, a los más jóvenes. «Queremos dar respuesta a la demanda que está generando ese número importantísimo de empleos ofertados por Gullón y por otras tantas pequeñas y medianas empresas de la comarca». En este sentido, la regidora lo tiene claro al asegurar que la fórmula mágica para conseguir que la gente desarrolle un proyecto personal y profesional en un municipio como el suyo es la mezcla entre vivienda y empleo. De hecho, solo en los dos últimos años se han otorgado más de 250 licencias para la construcción o rehabilitación de viviendas en el municipio. «Antes de que una promoción empiece a construirse, ya está vendida», remarca.

Un boom provocado, en parte, por el incremento de contrataciones en Galletas Gullón. Una compañía que cuenta con una plantilla de 2.400 trabajadores que se ampliará en 500 personas de cara a 2028. «Tenemos un desajuste entre la oferta y la demanda. No solo nosotros. Hay varias empresas de la comarca que están desarrollando proyectos potentes y eso provoca que la gente quiera venir a vivir aquí. Sin embargo, el ritmo de construcción de vivienda es demasiado lento», explica el director corporativo de la firma, Paco Hevia. 
«Tenemos un reto muy importante por delante, sobre todo en la búsqueda de alquileres accesibles porque hay mucha vivienda en propiedad vacía que, si saliera al mercado, podría ser la solución perfecta para que las personas que llegan a la comarca tengan una primera casa antes de decidir si adquirir una en propiedad», declara.

En este sentido, desde la compañía tratan de anticiparse y mantener un continuo contacto con las administraciones para que sepan, en todo momento, cuáles son las previsiones de contratación y puedan mover ficha. «Teniendo una estimación de cuánta gente puede venir aquí a trabajar, es más fácil adelantarse e intentar cubrir esa necesidad», precisa. Pese a todo, Hevia insiste en que la empresa suele dar prioridad a los propios vecinos del municipio a la hora de contratar. «Siempre hemos apostado por la gente del entorno como así lo demuestra el hecho de que son los que ocupan los primeros puestos de la bolsa de empleo. Sin embargo, hemos empezado a necesitar traer gente de fuera y es ahí donde surge el problema. Solo con la llegada de cien familias, el desajuste del mercado inmobiliario se produce inmediatamente, porque Aguilar no tiene un centenar de viviendas disponibles para alquilar con facilidad», concluye.

En este contexto, la Diputación ha puesto en marcha el programa HabitaLO Rural, dotado con más de un millón de euros para incrementar el parque de viviendas de manera que se consigan optimizar los recursos, se dé salida al mercada de particulares y se aprovechen los espacios del entramado urbano municipal.

Por su parte, la Junta ha invertido cerca de cuatro millones de euros en la ejecución del programa Rehabitare en la provincia. La iniciativa se puso en marcha en Palenica como proyecto piloto en el año 2009 y desde entonces ha llegado a 49 municipios palentinos. Hasta la fecha se han ejecutado 74 actuaciones en 49 municipios, a las que se sumarán cuatro más este año.