Estornudo, sí, pues la noticia leí, ya que pillaron aquí a cinco personas con hachís, y no es que yo hable de Madrid, pues trato de la Palencia tranquila y feliz. La Policía Local identificó a cinco individuos portando prohibidas sustancias, una pipa para fumarlas y otras porquerías o drogas varias en el parque del Sotillo, sí. También circulan por ahí. Sin embargo, basta estar un poco atento para saber que, por desgracia, en muchas de nuestras poblaciones palentinas corren ríos de estupefacientes muy serios, la juventud queda atrapada en el vicio, las mentes se deterioran, los agentes a veces no intervienen, aunque todos sabemos por dónde vienen los asuntejos, ya que es común cháchara en nuestros pueblos, y no lo hacen porque tenemos leyes embarulladas que protegen sobre todo a los malhechores, no les dejan actuar muchas veces y por eso vemos pocas detenciones, mientras las sustancias adormecen las mentes. Es un problema general en muchos lugares de Europa, donde los jóvenes, sin ideales, sin una búsqueda interior o espiritual, sin ambición por lograr un mundo mejor, se dejan caer entre adormideras o sensaciones placenteras y ante la realidad reaccionan huyendo. Huida que luego les lleva a menudo a otras drogas más fuertes y a ser esclavizados por unas sustancias u otras. Buscando la libertad, acaban encadenados. El sistema educativo falla, las familias, deshechas a veces, también, la sociedad desvaída de transcendencia, donde la mirada religiosa queda relegada a los rincones de nuestras iglesias, lleva a muchos a una situación donde no hallan sentido a su existencia.
Trabajar por el bien de los demás es obrar por el bien de sí mismo, pues estamos hechos así, según es nuestra naturaleza, para compartir y ayudarnos los unos a los otros. Bien lo señaló Kropotkin cuando descubrió que más que la lucha de los más fuertes lo que permitía sobrevivir a no pocas especies, como la nuestra, es la ayuda mutua. Pero «no solo de pan vive el hombre», y buscamos más en la vida, queremos entenderla y no basta vivir asentados en el placer o en el bajo vientre o diluido entre estupefacientes, infelices.