Un enfoque positivo y optimista. Esa es la idea que quiere trasladar la psiquiatra María Inés López-Ibor sobre la salud mental en el Día Mundial que se celebra hoy. Se trata de ir más allá de la propia enfermedad, del diagnóstico y de su tratamiento, explica la también presidenta de la Fundación Juan José López-Ibor, quien detalla que muchas veces se están «psiquiatrizando» todos los malestares de la vida, lo que provoca que las personas se vuelvan más vulnerables y atribuyan esas situaciones a un trastorno mental cuando realmente no lo tienen.
La experta indice en la existencia aún del estigma en torno a las personas con enfermedad mental, pero también en la necesidad de que estas puedan acceder a los recursos necesarios y a que haya una mayor investigación.
Con la pandemia se empezó a hablar más de la salud mental, indica López-Ibor, algo que valora pero advierte que parece que todo el sufrimiento de las personas les lleva a padecer problemas de salud mental «y eso no es así».
«Quizá estamos medicalizando todos los malestares de la vida y eso quizá haga que algunas personas se vuelvan más vulnerables o que atribuyan todo a una enfermedad. Hoy en día utilizamos diagnósticos psiquiátricos para expresar nuestros malestares. Hay personas que dicen que tienen depresión, y quizás lo que tienen es tristeza», señala.
Abunda la psiquiatra en más ejemplos relativos a esta idea como lo que ocurre con la ansiedad, y subraya que esta es una respuesta normal al estrés, pero entre tenerla y padecer un trastorno de ansiedad «hay un paso grande», pero, además, el estar tristes por algo que ha ocurrido no quiere decir que exista una depresión.
Alto consumo de pastillas
Todo ello en un país, España, que es líder mundial en el consumo de benzodiacepinas, un dato por el que López-Ibor muestra su preocupación y lo achaca, entre otros, a que «quizá ha habido un momento en el que se han prescrito con cierta ligereza y, luego, no se han ido retirando». Pero también por otros factores relacionados con la cultura de la inmediatez, de querer acabar con el malestar con una pastilla cuanto antes, en lugar de trabajar en gestionar que no vuelvan a aparecer los problemas.
Esta hija y nieta de psiquiatras también pone sobre la mesa el problema de las nuevas tecnologías y cómo pueden ser el origen de trastornos mentales, sobre todo en los adolescentes, que son una población más vulnerable. «Ahora estamos en una época en la que tendemos a compararnos mucho. Cuando uno utiliza las redes y ve lo que le gustaría tener y no tiene, puede frustrarse», añade la doctora.
La era digital ha supuesto «muchísimo más estrés» porque «estamos permanentemente activados o estimulados y nuestro cerebro no está preparado para eso».
Por eso, incide en la necesidad de la prevención y en este ámbito asegura que cada vez más investigaciones constatan que el ejercicio físico «es tan importante para la mente como para el cuerpo».
«Treinta minutos de un paseo diario puede ser casi tan efectivo como una pequeña dosis de antidepresivo», recalca López-Ibor, quien reivindica los momentos de silencio porque el cerebro lo necesita.
En la línea de la prevención, la psiquiatra suele decir a sus pacientes que «cada día hay que hacer seis cosas para estar bien y dos para sentirse bien» y son «muy sencillas» pero también «muy importantes».
Entre las seis cosas para estar bien se encuentran dormir y comer adecuadamente, cuidar la higiene, aprender algo nuevo, hacer ejercicio y, precisamente, tener períodos de silencio, unos cinco minutos de desconexión para descansar.
Y para sentirse bien, la psiquiatra propone hacer cada día una pequeña cosa por los demás y saber que la vida tiene un sentido «para algo, para alguien, para nosotros».