La doctora y geóloga Karmah Salman Monte (Salamanca, 1973) es la gerente del Geoparque de Las Loras, al que lleva ligada desde 2005 con la organización de diferentes proyectos y actividades.
En primer lugar, ¿qué es el Geoparque de Las Loras?
Es un territorio de unos 1.000 kilómetros cuadrados entre las provincias de Palencia y Burgos que fue declarado geoparque por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 2017 por tener un patrimonio geológico de relevancia internacional acompañado por una riqueza natural de mucha calidad y bienes culturales de primer orden.
Dentro de los 21 contextos geológicos de relevancia internacional que hay en España, en Las Loras hay tres: el paisaje kárstico, las sucesiones mesozoicas y el rifting de Pangea, y los fósiles e icnofósiles continentales mesozoicos de la península Ibérica. Algunos ejemplos del primer caso son Las Tuerces, Covalagua y los cañones del Ebro y el Rudrón. Del segundo tipo podemos citar las calizas de Aguilar de Campoo y del tercero, los restos de cicadáceas que se extrajeron del pantano aguilarense hace un par de años, de fósiles de huesos de dinosaurios, de flora relacionada con travertinos y los hallazgos de alas de libélula en estudios más recientes.
¿Y desde el punto de vista natural y cultural?
El paisaje es puramente geológico. Se respira geología por casi cualquier rincón, pero también hay una gran biodiversidad. Al estar en una zona de transición hay ejemplos de bosques mediterráneos y atlánticos, como los maravillosos encinares y los estupendos hayedos. Además, se concentra más de un tercio de las orquídeas de la península están representadas en el geoparque y eso es un tesoro inigualable, al igual que ocurre con las diferentes especies de mariposas.
Respecto a la avifauna, dentro del geoparque, además de los espacios naturales protegidos, hay una zona de especial protección para las aves (Zepa), la zona Humada-Peña Amaya, sobre todo por especies como los buitres y otras aves rupícolas. Además, hay animales emblemáticos, como el lobo ibérico, e incluso se están viendo algunos avistamientos de osos en la parte situada más al oeste del geoparque.
En patrimonio cultural, se conservan restos del Paleolítico y Neolítico, y todo el arte románico que es tan conocido. Además, en muchos lugares del geoparque se conjuga con el patrimonio geológico. Quiero decir que esa relación tan íntima se ve muy bien en lugares como el eremitorio rupestre de Olleros de Pisuerga y el pueblo medieval de Orbaneja del Castillo, es un punto a favor de Las Loras.
Además, está el patrimonio intangible, es decir, las costumbres, la música, la gastronomía y las tradiciones de las localidades. Hay muchísimos ejemplos que hacen que todo unido sea un territorio maravilloso.
Han pasado siete años desde la catalogación de geoparque mundial. ¿Cómo ha cambiado la zona de Las Loras desde 2017?
Cuando nos hacen esta pregunta nos gusta decir que hemos sido como un agente dinamizador del territorio. La catalogación sirvió para que se emprendieran muchísimas cosas nuevas que eran necesarias, ya que había una carencia en el territorio, pero también para que la gente que vive en Las Loras se haya dado cuenta de la importancia que tiene su territorio y su patrimonio y que trabaje por su conservación, su mantenimiento y su puesta en valor. Es emocionante ver cómo la población adulta está cada vez más empoderada respecto a su patrimonio y a la puesta en valor del mismo, al igual que también lo es ver cómo los niños participan desde pequeños en los programas que desarrollamos y observar que son conscientes del territorio en el que viven. Lo valoran, se sienten orgullosos de él, lo visitan y lo investigan.
Además, el trabajo con las asociaciones y la generación de nuevas entidades y empresas ha ido en aumento, como también lo han hecho las visitas. Decimos que el geoparque es un sitio para la participación social. Desde su gestación quisimos que estuvieran representadas dentro de su organigrama todas las organizaciones posibles y todos los sectores de la organización. Por eso se crearon los diferentes grupos de trabajo desde el inicio (como los de asociaciones y fundaciones, de ayuntamientos y juntas vecinales o el comité científico), que son muy activos y muy potentes en la actualidad. Recientemente se creó el grupo de trabajo de agricultores y ganaderos, es decir, el sector productivo. También están más de sesenta entidades colaboradoras, relacionadas muchas de ellas con el turismo, como los alojamientos rurales, los restaurantes, los bares, las ecotiendas, los artesanos y los artistas. De alguna manera, todos participan en la gestión diaria del geoparque. Y de eso estamos muy orgullosos.
El geoparque recibió la visita en julio de los evaluadores de la Unesco. ¿Qué sensaciones se llevó de su visita?
Los evaluadores recogen toda la información. Durante los cinco días que estuvieron con nosotros observan, se entrevistan y les enseñamos todo lo que se han hecho. Además, en noviembre de 2023 recibieron un dossier y nos fueron observando a través de las redes sociales todas las cosas que se van haciendo. Entonces, una de las cosas que más apreciaron fue ese grado de implicación de la población y las administraciones. La primera reunión que tuvieron fue con la Comisión Ejecutiva, donde están representados todos los grupos de trabajo, los dos presidentes de las Diputaciones, la Junta de Castilla y León a través de los espacios naturales protegidos y los grupos de acción local, que siempre han dado su apoyo incondicional a Geoparque. Valoraron enormemente esa manera de gestionar el territorio.
¿Incidieron en alguna otra cuestión del geoparque?
Sí. Desde nuestro punto de vista como técnicos, fue un proceso muy productivo. Hemos aprendido muchísimo con ellos. Son dos personas que tenían mucha experiencia y nos aconsejaron, especialmente mejorar en visibilidad. Todas las recomendaciones nos las pasaran en un informe cuando nos digan si tenemos tarjeta verde o amarilla. También valoraron muchísimo los programas científico, educativo y agroecológico.
¿Qué apoyo recibe Las Loras de las administraciones?
Vayamos desde abajo a arriba, que es como funcionan los geoparques. Los ayuntamientos y juntas vecinales están siempre apoyando. Forman parte y participan activamente en los grupos de trabajo. Luego están las diputaciones. Los ambos presidentes están en la Comisión Ejecutiva y se turnan la Presidencia del geoparque cada dos años. Ahora estamos con Burgos y el año que viene cambiará a Palencia. Además, está el apoyo de la Junta de Castilla y León, especialmente a través de los directores de los espacios naturales protegidos, de los que el geoparque también forma parte de sus patronatos. Hay una colaboración muy estrecha y fácil que hace que hace que las cosas funcionen de una manera fluida.
¿Y de los grupos de acción local?
Es importante desde el inicio en 2004, ya que el geoparque surgió a través de la iniciativa de un grupo de acción local y varias asociaciones. Ahora hay tres grupos (Adeco Camino enBurgos y Páramos y Valles Palentinos y Montaña Palentina en Palencia) que desarrollan diferentes proyectos y dan apoyo económico.
Hace unos meses lanzaron el Laboratorio Gad-Ex con un presupuesto de un millón y medio de euros. ¿Cómo se está llevando a cabo esta iniciativa?
El Laboratorio Gad-Ex lo lideramos nosotros, pero nos presentamos con los grupos de acción local, el Centro Tecnológico Agrario y Alimentario (Itagra) y la Fundación Entretantos a la convocatoria de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), que cuenta con fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Next Generation EU. El proyecto se basa en acciones para mejorar la biodiversidad a través de la ganadería extensiva en el geoparque. Esto surge tras un diagnóstico que se hizo en 2019 trabajando con el sector agroganadero y haciendo un estudio de la producción, distribución y consumo de los productos locales donde se vio que había una serie de necesidades en el territorio, especialmente a la mejora de la ganadería extensiva y de la agricultura.
Y el proyecto ya está en marcha. Algunas acciones empezaron y otras van más despacio. Entre las cosas que se van a hacer, cito las de mejora de la ganadería y la creación de cercados verdes. Otro ejemplo es la casa del pastor de Castrecías, que será utilizada por los trashumantes que venían a esta zona y no tenían un sitio como y digno donde estar. También figura el clareo de ciertas áreas boscosas a través de animales como cabras o caballos y el uso de nuevas tecnologías para la evolución y de la biodiversidad. Pero quizá una de las acciones más potente es la generación de unas salas de creación y de despiece, de un obrador compartido y de un centro de acopio en el geoparque para dar salida a esos anhelos y a esas necesidades que tienen los ganaderos del territorio de vender de forma directa y de poner mejor en valor su producto.
También están apostando por el cultivo de patata ecológica. ¿Cómo marcha esta iniciativa?
En 2020, en colaboración con el Itagra, empezamos un proyecto piloto con el único agricultor de Castilla y León que producía patata de siembra en ecológico, Javier. Se empezó con un campo de ensayo con doce variedades de patata para ver cómo funcionaban y cómo se adaptaban al territorio. Estamos en el cuarto año y esta acción ha generado que muchísimas personas, colectivos, investigadores y otros agricultores se hayan acercado al campo y se hayan organizado jornadas formativas relacionadas con la agricultura ecológica. Es decir, ha generado un movimiento de conocimiento y de personas a ese proyecto.
Además, con este agricultor también hemos hecho otro proyecto piloto de compostaje agrario que está terminándose ahora. Cuatro grandes generadores del geoparque han separado sus residuos orgánicos en contendores y él los ha recogido y los está compostando. Y ahora tendremos que valorar los resultados que está dando este compostaje agrario que va a pasar al campo de cultivo. Todo eso ha generado un movimiento y ha puesto en valor lo que es el cultivo de la patata.
Por otro lado, llevamos dos años organizando unas jornadas de degustación de la patata ecológica del geoparque. Hasta ahora hemos tenido dos agricultores en ecológico, uno es Javier y otro es Ignacio, en San Martín de Humada, aunque este último parece que se va a ir jubilando y nos da un poco de pena. Pero bueno, así es la vida. A lo mejor toman el relevo otros agricultores o agricultoras.
Más de 600 jóvenes participaron el curso pasado en el programa educativo del geoparque. ¿Continuará durante el próximo año?
Sí. Es un proyecto que lleva siendo estable más de tres años, aunque antes ya se hacían actividades educativas. En el próximo, seguiremos adelante, por supuesto. El balance es muy positivo. Por las personas que estamos trabajando solo podemos atender a veinte centros y se presentan más de cuarenta candidaturas anualmente. Tenemos que hacer una selección, lo que denota que hay un interés de la comunidad educativa en conocer el geoparque. Participan los centros de primaria y secundaria de Aguilar, Alar del Rey, Villadiego y Escalada, pero también del resto de Palencia y Burgos. Además, el año pasado y el anterior quisieron venir, y en algunos casos pudieron participar, colegios de Salamanca, Valladolid y Asturias. Suscita mucho interés y es muy positivo.
Además, el curso pasado un proyecto piloto en el colegio de Escalada para integrar el geoparque de manera transversal en todos los ámbitos.
¿Y qué proyectos científicos se están llevando a cabo?
Por un lado, tenemos la beca Gullón gracias a un convenio con la galletera.Nos concede 4.000 euros para la investigación en cualquier rama posible siempre y cuando sea dentro del geoparque. Entonces, se presentan diferentes proyectos a esta convocatoria y el comité científico (que está formado por 28 investigadores) hace la selección. El último proyecto becado fue un estudio arqueológico en el castro de Icedo.
Por otro lado, existe un convenio especial de lasdiputaciones con la Universidad de Salamanca para realizar estudios geológicos, ya que es en este centro donde está el departamento de Geología. Gracia a ello, investigaron en la cueva de losFranceses o en la Lora de Valdivia, tanto en el lado palentino como en el burgalés. Además, el geoparque busca fondos y financiación para realizar otros proyectos de investigación.
También hay que destacar que muchos grupos de investigación que acuden al territorio y contactan con nosotros, lo que genera un conocimiento que nos sirve para mejorar los discursos e historias y para innovar en lo que contamos a las personas que vienen a visitar Las Loras. Ahora mismo la Universidad de Burgos ha empezado un proyecto de estudio relacionado con el cambio climático en la Cueva de losFranceses. No es la única universidad que llega al territorio. De hecho, hemos acogido a estudiantes de diferentes universidades e, incluso, de otros países en estancias cortas y largas.
Por último, desarrollamos iniciativas propias en colaboración con los proyectos de investigación de la Unesco.
¿Qué tipo de turistas se acercan a este lugar?
De todo.Desde gente amante de la naturaleza que se hace sus rutas para acercarse a la naturaleza desde otro punto de vista a personas especializados que acuden a observar el patrimonio geológico, la flora y la fauna. El año pasado recibimos a grupos de extranjeros que vinieron a ver arácnidos a la zona de LasTuerces. Por otro lado, también hay un público generalista que disfruta de los paseos, de los pueblos y del románico.
¿Son necesarios más servicios turísticos en la zona?
Sí, sin duda. Y de hecho, la Diputación de Palencia apostó por el Plan de Sostenibilidad Turística de la Montaña Palentina, que incluye una gran cantidad de acciones en el geoparque, como las rutas ciclables, el centro de visitantes de Aguilar de Campoo, la mejora de la zona del pantano aguilarense o el centro de Las Tuerces enVillaescusa. Para que estas iniciativas se llevaran de forma paralela enBurgos, el grupo Adeco Camino, apoyado por el geoparque, elaboró un proyecto para presentarse a la convocatoria de los planes de sostenibilidad y desarrollar acciones y recursos en diferentes lugares de la parte burgalesa.
Se están empezando a hacer muchas cosas, como los infopuntos en todos los municipios para explicar bien que son los geoparques y la red de geoparques, así como los lugares más destacados que tienen cerca para conocer.
¿Cuáles son los planes de futuro del geoparque?
Se nos plantean dos años por delante para sacar adelante muchos proyectos. De aquí a 2025 creemos que van a ocurrir cosas muy bonitas y muy importantes para poder seguir trabajando poniendo en valor a la gente que vive en Las Loras y a su patrimonio natural y cultural. Serán dos años de muchísimo trabajo de muchísima gente, pero también muy emocionantes, porque creemos que los resultados van a ser muy importantes.
Por último, ¿a qué retos y peligros se enfrenta Las Loras?
A los problemas que tenemos siempre en el medio rural: la despoblación, la falta de relevo generacional en las labores agroganaderas en muchas ocasiones o la falta de iniciativa juvenil. Pero somos muy conscientes de ello y trabajamos para que el geoparque, poco a poco, pueda ser una herramienta para que estas cosas mejoren.