La redacción de un periódico de provincias puede parecer, a simple vista, un lugar tranquilo, alejado del bullicio de las grandes cabeceras nacionales. Sin embargo, para quienes han vivido desde dentro el trajín diario de un medio local, la experiencia suele quedar grabada como un aprendizaje que trasciende los límites profesionales. Este es el caso de Alberto Barcenilla Bahíllo, quien, con 34 años y una trayectoria marcada por el periodismo y la función pública, recuerda con nostalgia y gratitud su paso por Diario Palentino.
«La redacción siempre bullía de movimiento: papeles por todas partes, visitas de personalidades locales y ese pulso constante de una ciudad pequeña pero llena de historias por contar», rememora. Para él, aquellos veranos fueron mucho más que una simple introducción al oficio; fueron una ventana a Palencia desde una perspectiva que hasta entonces desconocía. «Era como mirar a la ciudad desde fuera, como un espectador que también forma parte del espectáculo», afirma.
Historias y anécdotas. Durante su tiempo en el periódico, Barcenilla trabajó principalmente en las secciones de local y provincia, aunque también colaboró en cultura, deportes y fin de semana cuando era necesario. «En un periódico de provincias, las secciones son más una guía que una frontera; hay que estar listo para cubrir lo que haga falta», explica.
Entre las anécdotas que conserva, destaca la historia de Joan Bueno, un pintor catalán de 83 años que conocía a Dalí y estaba haciendo su vigésimo Camino de Santiago. «Recuerdo que llegó a la redacción con bermudas, sombrero y un cartón enorme. Insistía en que le hiciéramos un reportaje en Boadilla del Camino, donde se hospedaba. Al día siguiente, fuimos a conocerlo y su vitalidad me dejó impactado. Agradecido por el artículo, me regaló una lámina que ahora cuelga en mi comedor», relata con entusiasmo.
Otra experiencia singular fue durante la fiebre del juego Pokemon Go. «No podíamos ignorar que la gente llenaba las calles jugando. Así que preparamos una doble página colorida, con ilustraciones del juego, y salimos a preguntar a los palentinos sobre esta nueva moda. Fue muy divertido», cuenta.
Lecciones y referentes. Barcenilla asegura que las prácticas en Diario Palentino fueron «un baño de realidad» y una oportunidad única para aprender. «Trabajé junto a gente brillante: Elena Villamediana, Carlos Hugo Sanz, Óscar Herrero… Personas que no solo dominaban el oficio, sino que también tenían la paciencia de enseñarnos a los que empezábamos», dice. También recuerda con cariño al inolvidable Luis Rivas, «cuyas historias eran tan cautivadoras como su carácter».
El trato hacia los becarios, según relata, era cercano pero profesional. «Te corregían sin tapujos, pero nunca te hacían sentir que no valías para el trabajo. Carmen Centeno -la anterior redactora jefe-, por ejemplo, tenía un rotulador rojo que era temido y amado a partes iguales», comenta entre risas.
Un legado tangible. De su paso por el periódico, Alberto conserva un tesoro muy especial: un recopilatorio encuadernado de todos sus artículos, que fue un regalo sorpresa de sus padres. «Nunca olvidaré el día que llevé a casa mi primera noticia firmada. Mis padres se emocionaron y, desde entonces, guardaron todos mis trabajos. Es un gesto que siempre valoraré», confiesa emocionado.
A los jóvenes que se inician en el periodismo, Barcenilla les aconseja cultivar la curiosidad y mantenerse informados. «El olfato periodístico del que tanto hablan en la facultad no es más que curiosidad bien dirigida. Lean el periódico cada día y no dejen de preguntarse qué sucede a su alrededor», recomienda. También los anima a disfrutar la experiencia, incluyendo las noches de cañas con los compañeros: «Esos momentos también forman parte del aprendizaje».
Hoy, Alberto Barcenilla trabaja como funcionario en la Oficina de Asilo y Refugio en Madrid, donde fue nombrado jefe de servicio hace unos meses. Aunque su vínculo con el periodismo es ahora más tangencial, confiesa que aún extraña el gusanillo de la redacción. «El periodismo engancha, pero he ganado mucho en conciliación laboral y personal. Estoy muy satisfecho con el camino que he tomado», asegura.
En su trayectoria, tanto en el periodismo como en la administración pública, lo que más valora es el impacto humano de su trabajo. «Saber que lo que haces tiene un componente humano tan grande te motiva a dar lo mejor de ti. Tanto al escribir una noticia como al gestionar un expediente, siempre he intentado dejar una huella positiva», concluye. Y es que el paso de Alberto Barcenilla Bahíllo por Diario Palentino no solo le brindó herramientas para su carrera, sino también recuerdos imborrables de una profesión que siempre ocupará un lugar especial en su vida.
Alberto Barcenilla Bahíllo
Con 34 años y residente en Madrid, este funcionario del Estado de categoría A2 es jefe de servicio de la Oficina de Asilo y Refugio, combina una sólida formación académica con experiencia en el ámbito público. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid (2008-2013), completó posteriormente un grado en Ciencias Políticas y de la Administración Pública en la Universidad de Salamanca (2013-2017), lo que le ha permitido adquirir una visión integral de la comunicación y las dinámicas institucionales. Completó dos veranos de prácticas en Diario Palentino (en 2012 en Periodismo y en 2016, voluntarias, con Ciencias Políticas) y trabajó durante un año contratado en 2018.