Los documentos que se guardan en la parroquia demuestran que su origen se remonta a 1821. Muchos palentinos lo desconocen, pero en el barrio de Allende el Río hay un pequeño Cementerio, aunque es solo para unos pocos elegidos. Se trata de un Camposanto ubicado junto a la parroquia de Santa Ana, que es la encargada de su gestión y en el que solo se entierran vecinos de la zona.
«Desde siempre se ha dado preferencia a los habitantes del barrio, aunque si alguien tiene especial interés en adquirir una sepultura se podría tratar», explica el párroco de Santa Ana, Eugenio Rueda. En estos momentos hay 65 sepulturas -la última fue adquirida el año pasado- mientras que en unas ocho se han recuperado espacios libres tras realizar una reducción de restos.
En un barrio en el que viven unos dos mil vecinos, Eugenio Rueda indica que es habitual que se celebren entierros. «Es un servicio muy útil de la parroquia y que está ligado a la fe los feligreses, además de la comodidad que supone para ellos», indica.
Para que durante todo el año el espacio esté en perfectas condiciones, una persona se encarga de su mantenimiento y cuidado. «Los usufructuarios pagan una cuota anual de diez euros que se destinan al material para la limpieza de la zona y para entregar una gratificación al encargado», explica el párroco.
curiosidades. Este cementerio guarda la memoria de momentos que han pasado a la historia y anécdotas para recordar. Uno de ellos es el que se vivió en 1962, cuando una riada se llevó por delante todos los enterramientos. «El obispo propuso a los feligreses colaboración para que pudiera reconstruirse y así se hizo. Fue gracias a la colaboración ciudadana», explica Eugenio Rueda.
Otra de las curiosidades que comenta Rueda son los enterramientos de dos pequeños hermanos. Dos cruces de hierro señalan el lugar en el que están los niños, un espacio que nadie parece querer invadir.
También cabe destacar que todos los propietarios de sepulturas tienen su propia llave para acceder allí, ya que al tratarse de una propiedad privada y no estar permanentemente abierta, se optó por permitir la entrada a quienes tuvieran una sepultura allí.
El Día de los Santos se celebra en este Cementerio con una misa especial a las 12, tras la que se realizará una Celebración de la Palabra en recuerdo de los difuntos.
«Ese día se acerca mucha gente, tanto vecinos del barrio como personas de fuera que tienen aquí a sus seres queridos», explica Rueda.