Siete años lleva Dueñas celebrando a finales de enero su Fiesta de la Matanza y cada vez son más las personas que se acercan hasta el municipio cerrateño para pasar la mañana recordando o descubriendo este rito popular. «Es una fecha fija en el calendario y hemos tenido la suerte de que hace un día extraordinario por lo que el ambiente es muy bueno», celebraba el alcalde de la localidad, Miguel Ángel Blanco.
La protagonista este año de la fiesta de Dueñas ha sido una puerca de 150 kilos a la que se aplicaron las labores de la matanza -chamuscado y destazado- tan fáciles de enumerar como complicadas de llevar a cabo sin error. Para eso, el Ayuntamiento eldanense volvió a contar con Demetrio Ramos, de Morcilla Devillada, quien en calidad de matarife explicó y detalló todo el proceso ante un numeroso público congregado en la plaza de España.
Como en toda buena fiesta, no faltó la música y el baile, que este año corrieron de la mano del grupo de danzas del Hogar del Pensionista, que interpretó, danzó e, incluso, invitó al público a bailar temas populares de la zona que forman parte del acervo de todos los eldanenses.
Tradición, música y manjares en DueñasUna buena forma de hacer hambre para lo que llegó a continuación, el reparto de viandas. «Hemos preparado raciones para las más de 600 personas que han comprado el ticket», aseguró Blanco, que, como un colaborador más, estuvo al cargo de las planchas en las que se cocinaron los manjares del cerdo.
Una larga cola que bien llegó en algunos momentos hasta la plaza de San Agustín dejaba bien claro a dónde se había trasladado el interés de la Fiesta de la Matanza, a una carpa en la que los voluntarios, ataviados con un mandil personalizado para la edición de este año, se afanaban en preparar y repartir esas más de 600 raciones.
El menú de este año estuvo compuesto de sopa de chichurro, jijas, lomo, torrezno, morcilla, pan y agua o vino. «En su táper y con su bolsa para que quien lo quiera lo coma en casa o en las mesas habilitadas», especificó Miguel Ángel Blanco, que destacó el «buen ambiente» con el que se celebra la Fiesta de la Matanza una vez se termina el reparto y voluntarios y asistentes se reúnen en la carpa.
La fiesta finalizó con el sorteo entre todos los comensales de la cerda protagonista de la matanza. Cuatro fueron los ganadores que se llevaron a casa casi 40 kilos de carne porcina, una buena remesa para aguantar hasta el próximo enero.