El día 15 de agosto varios colaboradores y seguidores de Curiosón viajamos a Zugarramurdi, municipio de Navarra, en la comarca del Baztán, para conocer las cuevas y la historia de las brujas. Pese al incordio de los «pasajes», que parece la religión del país vecino y acaso, mal que nos pese, el futuro nuestro, fue una jornada estupenda que ahora os resumo. Zugarramurdi se localiza cerca del paso fronterizo de «Dancharinea» y al igual que Urdax fue un poblado de caseríos abandonados bordeando el monasterio de San Salvador antes de adquirir jurisdicción civil. Como en todos los sitios hay diversas teorías que explican la procedencia de su nombre. Me fijo hoy en la que sugiere el filólogo Koldo Mitxelena: la etimología del nombre podía ser: «lugar abundante en olmos ruines». Antes de emprender el viaje busco información de las Cuevas del contorno, las de Urdax y las de Sara, localidad francesa por la que pasamos para llegar a estas. Decidimos comenzar el recorrido por Urdax donde se suscita la leyenda de las lamias, seres mitológicos, mitad pez, mitad mujer; cuevas cerradas, con visita guiada donde se nos explica su existencia hace miles de años, sirviendo de refugio en la guerra de la independencia y siglos más tarde durante la contiendas carlistas. Curiosas las estalagmitas que encontramos al avanzar y que siguen creciendo unos pocos centímetros cada cien años. Historias y tiempos muy similares a los que se desarrollan en nuestra Cueva de los Franceses. Pero llama la atención el edificio dedicado íntegramente a contar la historia de los cuarenta vecinos procesados en 1610 por la Inquisición, acusados de brujería, doce de los cuales fueron condenados a morir en la hoguera. Las investigaciones posteriores determinaron que la mayor parte de los testimonios que sirvieron para acusarlos estaban basados en envidias y supersticiones poco o nada fiables. En este Museo, acondicionado en 2007, se nos muestra a través de varios audiovisuales el fenómeno de la brujería, las tradiciones y la represión inquisitorial del siglo XVII. El edificio es además oficina de turismo y sirve de promoción cultural y ecológica de la comarca. De las leyendas que se suscitan en este valle se han hecho varias películas: Akelarre, de Pedro Olea (1984) y Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia. (2013).