El socialista Salvador Illa es ya oficialmente el candidato a la presidencia de la Generalitat, cuyo pleno de investidura se convocará previsiblemente para este jueves. Sin embargo Puigdemont, con su regreso a España y su posible detención, vuelve a condicionar la formación del gobierno catalán y ya se habla claramente, y con muchas posibilidades, de la suspensión del pleno si esto sucediera. El independentista fugado pretende interferir nuevamente en la Justicia para conseguir que todos los presuntos delitos, incluido el de malversación, 'desaparezcan' tras la aprobación de la ley de amnistía, algo que tendrá que calibrar el Tribunal Supremo y no los dirigentes políticos con acuerdos dudosamente legales y desde luego ilegítimos.
Las advertencias de los últimos días y la presión, incluso institucional, del entorno del líder de Junts y de todo su partido, a la que se suman otras formaciones independentistas, llegan ante su temor, casi certeza, de que si Carles Puigdemont pisa territorio español, será detenido por la Policía Nacional y puesto a disposición del juez Pablo Llarena tras muchos años intentando que responda ante la Justicia por su papel en el proceso soberanista que encabezó desde su Govern en 2017. Habría que ver qué decisión tomaría el magistrado tras su declaración y si decide dejarlo en libertad con medidas cautelares o le manda a prisión. Más allá de lo que depare el futuro a un prófugo de la Justicia, su vuelta a Cataluña puede condicionar la investidura del socialista Salvador Illa como poco en la fecha. De momento, Junts ya ha advertido que si su líder no puede acudir al Parlamento catalán solicitarán a su presidente la suspensión del pleno, según dejó claro el secretario general de los postconvergentes, Jordi Turull. Esto podría quedar en nada si no es porque también lo apoya Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), cuya secretaria general adjunta y portavoz, Marta Vilalta, tras reunirse con Rull, reconoció que "seguramente será necesario" suspender temporalmente el pleno si se da esta detención. Un culebrón inexplicable cuando los republicanos acaban de firmar un pacto de investidura con el PSC, aunque de momento insisten en que mantienen su apoyo a Illa.
El debate ahora se centra en cuánto debería durar la suspensión del pleno, pues está en juego la repetición electoral en Cataluña si se cumple el plazo legal y no ha sido elegido un nuevo presidente de la Generalitat. Y no solo eso, sino las repercusiones que todo este movimiento tendrá en la estabilidad del Gobierno de España, donde Sánchez ve cómo cada día que pasa se resquebrajan aún más las relaciones con sus socios de investidura. Hay equilibrios imposibles que no pueden durar mucho tiempo y el presidente del Gobierno debería estar viendo ya que los apoyos en los que se sujeta le harán caer más pronto que tarde.