Con los nabos en el cesto en Monzón

Rubén Abad
-

Monzón avanza en la creación de una marca de calidad de su afamada verdura e intenta despertar interés por el cultivo entre los hortelanos de la localidad y pueblos vecinos como Ribas, Husillos y San Cebrián. Por ahora son ya una decena

Con los nabos en el cesto en Monzón - Foto: Sara Muniosguren

Comentan los nutricionistas que el nabo es una verdura versátil y sabrosa, que rebosa de nutrientes esenciales para el cuerpo humano. Pero, por encima de todo, es un cultivo autóctono tan de la provincia como el Cristo del Otero, el Espigüete, LaOlmeda o el castillo de Monzón de Campos. Y es precisamente en esta localidad donde se han puesto manos a la obra para recuperar la siembra de este vegetal que antaño reverdecía la ribera del río Carrión a su paso por este rincón del territorio palentino.

Ahora están en plena campaña de cosecha, con la mirada puesta en que sean cada vez más los palentinos que contribuyan a aumentar la cifra con un objetivo final: crear la marca Nabos de Monzón,  como distintivo geográfico de calidad de la verdura. El ámbito de actuación se circunscribiría a la propia localidad terracampina y a las vecinas de Ribas, Husillos y San Cebrián, que es «donde se dan las condiciones de clima y suelo óptimas», expresa en declaraciones a Diario Palentino el alcalde de Monzón y promotor de esta iniciativa, Mariano Martínez.

Por el momento, ya se han completado los ensayos previos de la mano del Itagra y la colaboración de la Diputación en los que se seleccionaron las variedades que mejor funcionan en esta comarca: milan rouge (la que mejor se adaptó a la zona y ofreció mejor rendimiento con (32,02  toneladas/hectárea), y bola de nieve, idónea a nivel gastronómico y con  27,58 t/ha.

Ahora es el turno de la marca en sí, cuyo impulso liderará el Ayuntamiento. Para ello, se han de cumplir una serie de requisitos como el registro en la Oficina de Patentes y Marcas, abonar unas tasas y establecer el límite geográfico y las condiciones del producto. «Se vende por sí misma, ya tiene nombre y reconocimiento», explica el alcalde.

El siguiente paso será fomentar el cultivo, que es la «asignatura pendiente y más complicada», reconoce Martínez. Aún así, pone en valor que el nabo, al igual que la remolacha, «forma parte de la identidad de Monzón como pueblo y por eso apostamos por ello». Sin embargo, su presencia es testimonial, y apenas hay una decena de hortelanos de la comarca que los cultivan como entretenimiento y para el autoconsumo.  Así lo manifiesta Martínez, pero también lo demuestran las cifras. Yes que, según la información facilitada por Asaja, apenas se cultivaron 24 hectáreas en Castilla y León, de las cuales 17 estaban en Segovia y cuatro en Valladolid, según datos oficiales de la Junta. 

SAN BLAS

Entre tanto, el Consistorio y el CIT ultiman los detalles de la fiesta de San Blas, que se celebrará el 31 de enero y 1 y 2 de febrero. En ella se seguirá similar patrón al de años anteriores, con el concurso del Mejor ojo del condado como reclamo estrella y las jornadas gastronómicas en La Concordia. Como novedad, en el Mercado de Alimentos del sábado participará una asociación de Torrelavega (Cantabria) con semillas de hortalizas y verduras.