En la valoración global de la propuesta fiscal del equipo de Gobierno se intercaló el debate sobre la nueva tasa de basuras, la cual quedará aparcada por falta de apoyos suficientes. El concejal de Hacienda defendió con firmeza la necesidad de implantarla para ajustarse a la normativa y evitar el déficit, cumpliendo con el requisito de que «quien contamina, paga» a través de un modelo de tarifa mixta que iba a combinar una cuota fija de 36,1 euros con una parte variable de 0,28 euros por metro cúbico de agua consumida. Según sus cálculos, para un consumo medio de 17 metros cúbicos de agua al año, el gasto total anual ascendería a 55,14 euros.
Para Carlos Hernández, esta solución cumplía con la legislación vigente que, aseguró, obliga a los ayuntamientos a implantar este tipo de sistemas antes del 10 de abril del próximo año. En su intervención, el concejal dejó claro que la nueva tasa no es una decisión arbitraria, sino una necesidad impuesta por la normativa europea y nacional. «Es de obligado cumplimiento y no podemos mirar para otro lado», dijo antes de saber que ni Vox, ni el Partido Popular, ni ¡Vamos Palencia! la iban a apoyar en la votación nominal que se llevó a cabo.
Sin motivo ni respaldo. Y es que la bancada del PP, la única vía posible del PSOE para sacar adelante esta nueva tasa, fue contundente ante la propuesta socialista, criticando que se haya presentado como una imposición europea: «Ya nos contarán ustedes en qué parte de la directiva comunitaria se establece que tienen que pagar al céntimo los residuos que generan», comentó.
Víctor Torres argumentó que la ley no exige una tasa individualizada de inmediato, sino una transición paulatina hacia el pago por generación. Reprochó al equipo de Gobierno que no se incluyeran bonificaciones para familias vulnerables, compostaje doméstico o reciclaje. Además, el portavoz del PP cuestionó el criterio del consumo de agua para medir los residuos.
Por su parte, la portavoz de Vox calificó la tasa de basura como el resultado de una «ley bastarda», afirmando que la Comisión Europea «no obliga a crear un nuevo impuesto para cumplir con la directiva». Sonia Lalanda justificó su negativa al «basurazo» basándose también en los informes negativos de Secretaría, Intervención y Tesorería.
Del mismo modo, el concejal no adscrito, Ricardo Carrancio, expresó su desacuerdo con el sistema propuesto para calcular la tasa, señalando que en Palencia no existe una infraestructura adecuada para medir con precisión la generación de residuos.
De hecho, el portavoz de Izquierda Unida-Podemos, Rodrigo San Martín, fue el único que apoyó la propuesta del equipo de Gobierno, aunque reconoció sus limitaciones. Consideró que vincular la tasa al consumo de agua es «la interpretación más correcta posible» dentro de las herramientas disponibles. San Martín instó al Ayuntamiento a dar «zancadas» para cumplir correctamente con la ley, independientemente del resultado de la votación.
El PSOE culpa al PP. Sin esperanzas de que la propuesta saliese adelante tras escuchar a la oposición, el concejal de Hacienda defendió que la nueva tasa es necesaria para cumplir con la ley y cubrir el déficit del servicio de residuos. Reiteró que el criterio del consumo de agua fue fruto de una reunión técnica autonómica y no una decisión arbitraria. Además, reprochó al PP su doble discurso al oponerse en Palencia mientras defienden tasas similares en otras ciudades, acusándolos de ser responsables de que el Ayuntamiento vaya a incumplir la ley.
Víctor Torres se encargó de recordarle al concejal de Hacienda que a su grupo municipal «le preocupa lo que ocurre en Palencia» y lo instó a trabajar hasta abril para buscar una solución consensuada con todos los grupos.