Es una argentina, estudiante de Arquitectura que vino a España a participar en la Unión Internacional de Arquitectos que se celebraba en Madrid el año 75. Allí, en el Palacio de Congresos y Exposiciones se habló de arquitectura bajo el agua, como experiencia adaptativa a nuevos métodos de vida; de novedosos hábitats con arquitecturas para emergencias en asentamientos tras catástrofes o conflictos bélicos… y en un aula más pequeña, en los talleres, se desarrollaría un tema sobre la libertad. Franco aún vivía muriendo.
De la genérica libertad se pasó a hablar de las condiciones de vida con Isabelita Perón que por entonces impuso en Argentina el llamado Rodrigazo, de duras condiciones económicas para los obreros, y pude apreciar que el interés del grupo de Nelsy era quedarse en España. La muchacha se unió a nosotros, al grupo de Arquitectura de Valencia, todos amigos. La reunión de la UIA estaba finalizando y la joven argentina solicitó oficialmente el exilio en nuestra España por motivos políticos. Nos pidió permanecer junto a ella, dándole cobertura y subsistencia vital. Accedimos contentos.
Nelsy era buen arma para presionar con su ideología contraria al régimen argentino y se había enclavado en una ciudad preciosa con movida vida política underground. Nuestra peña rebelde de compañeros se abrazaría cobijando a la alumna hasta el punto de hacerla arquitecta, basando su saber en un título de costura en el que aparecía con buena nota. Los profesores, ya amigos, la iban aprobando asignatura a asignatura y nosotros como hermanos mayores la ayudamos a terminar la carrera y a trabajar, no como arquitecta, pero sí en puestos de administración de todos nuestros estudios por los que fue pasando. La rubia argentina requería de una Administración estatal que le diera nacionalidad a cambio de nada, solo una sospecha de voluntad de exilio. 
Por otra parte, la mejicana que ha denunciado a Nacho Cano en Malinche quiere quedarse a vivir en España y es influenciable y premiable para hablar contra él.
Sería demasiado fácil explicarlo todo. No sé si ustedes lo ven factible y posible. Yo, con lo que he vivido, no suelo dudar.