Si algo ha evidenciado la Conferencia de Presidentes celebrada este viernes en el Palacio de la Magdalena de Santander es que los líderes políticos de cada una de las comunidades autónomas del país consideran que puede ser un foro útil para poner en común las necesidades de cada una y, sobre todo, proponer soluciones colectivas. La presencia de todos los presidentes, así lo confirma, aunque la cascada de declaraciones posteriores al encuentro, totalmente previsibles, parece que la reunión simplemente ha servido para apaciguar levemente la crispación habitual a la que estamos acostumbrados.
El presidente del Gobierno, que recordemos que llevaba dos años sin convocar este necesario foro, quiso abordar como tema único la vivienda, pero las presiones de los presidentes territoriales, buena parte de ellos del Partido Popular, se logró incluir en la agenda del día asuntos tan relevantes como la inmigración o la financiación de las propias comunidades.
Como si formara parte de su manual de resistencia, el presidente Sánchez ha vuelto a utilizar la estrategia de lanzar mensajes potentes que hacen uso de la memoria a corto plazo para diluir el resto de los asuntos. Ha elevado una propuesta económica como la quita de la deuda, que independientemente de las críticas que ya ha recibido por algunos presidentes populares, no deja de ser una propuesta tentadora, que ha permitido dejar en un segundo plano, no irrelevante, pero sí secundario, la propuesta de financiación singular para Cataluña que no haya validación en los territorios autonómicos, salvo la propia comunidad catalana. Al fin y al cabo, lo que está haciendo el presidente del Gobierno, y el resto de los presidentes autonómicos están picando el anzuelo, es usar grandes anuncios para taponar agujeros sin proponer soluciones reales a los verdaderos problemas del país.
Frente a la necesidad de alcanzar un acuerdo para reorganizar la financiación de las comunidades autónomas, está la confrontación política que impide avanzar en soluciones reales de consenso, alejando la posibilidad de un acuerdo a pesar de su necesidad. Las posturas están totalmente enfrentadas, y sigue lejos el consenso incluso sobre el término y el alcance de la solidaridad territorial.
Algunas comunidades de diferente signo han coincidido en alguna de las propuestas, lo que debería ser una señal que debería amarrar quien debe liderar este foro de presidentes autonómicos, que no es otro que el presidente del gobierno. Sin embargo, lo que se va a hacer es seguir prometiendo dinero para conseguir el objetivo último de Sánchez, que no es otro que seguir permaneciendo en la Moncloa.