Amaneció pronto, como corresponde a los días finales de la primavera, cercano ya el verano. Un amanecer cargado de ilusión y nervios, con esa intensidad que tienen las primeras veces o la ruptura de las rutinas, pues eso y más, significaba para parte del alumnado del Centro de Educación de Personas Adultas San Jorge; algunos de la Educación Secundaria Para Adultos y otros de materias como Patrimonio o Idiomas, acompañados de dos docentes, que se habían apuntado a la experiencia de Erasmus entre el 3 y 7 de junio. En la estación de autobuses iniciaron un viaje que, tras casi 12 horas entre autobuses, metros y avión, les llevó hasta Palermo, donde conocieron el instituto de Formación Profesional Pietro Piazza. Es un centro de grandes dimensiones, con más de dos mil alumnos que cursan estudios de hostelería, turismo y administración. Visitaron sus instalaciones, que están preparadas para que el alumnado haga todo tipo de prácticas, desde la recepción del cliente cuando llega al hotel, hasta la elaboración de los menús o su servicio en la mesa. De hecho, el propio centro está organizado como un hotel y su primer contacto fue en la recepción.
El centro cuenta con algo más de 400 profesores. En Italia se toman muy en serio lo de la integración. Cada alumno que presenta alguna limitación visual, auditiva, motórica o de otro tipo cuenta con un docente de apoyo en cada aula, además del docente general de la asignatura. También forman parte de su personal varios cuidadores que ayudan a ese alumnado a desplazarse por el edificio o para cualquier otra actividad en la que precisen un apoyo o acompañamiento. Las instalaciones son magníficas, pues cuentan con aulas muy amplias, espacios para trabajos grupales, salas de informática, así como varias cocinas y zonas de servicio (restaurantes), gimnasios y una zona de juegos (tenis de mesa, billar…).
En el tiempo que compartieron en el centro, pudieron ver cómo se trabajaba en la cocina. En concreto, en una de sus visitas estaban preparando comida china, ya que la diversidad cultural en Palermo es enorme y en este centro, eso se ha ido teniendo en cuenta cada vez más, integrando otras tradiciones culinarias.
Al ser un centro, también dedicado a la formación del turismo, se disfrutó de unas presentaciones sobre el patrimonio de Palermo, así como conocer algunas curiosidades gastronómicas, platos tradicionales e ingredientes. Además, les informaron del modelo educativo, las metodologías empleadas en el aula, el modelo de inclusión, etc. Hubo tiempo para confraternizar con docentes y alumnado, en un esfuerzo por practicar la lengua inglesa. Hay que agradecer a los responsables que, en los momentos comunes hiciesen el esfuerzo por hablar despacio, lo que facilitaba que se les pudiese entender, así como la paciencia para responder a las preguntas. Lo importante es comunicarse, vencer las vergüenzas y atrever a expresarse y escuchar otro idioma.
Por las tardes, tiempo para la cultura y disfrutar de una ciudad que desborda vida callejera. Recorrieron Palermo y sus Cuatro Qanti, la capilla palatina y el palacio, la magnífica iglesia de San Juan Eremita, etc. pero también dio tiempo para visitar Monreale, con su iglesia e impresionante Pantocrátor, o la bella localidad de Cefalú y su catedral, calles y playas. Y, por supuesto, disfrutar del ambiente de Palermo. Hubo ganas de más. En cualquier caso es una experiencia que en el CEPA SanJorge recordarán toda la vida y que ha ayudado en sus competencias y habilidades comunicativas, además de conocer otros modelos de enseñanza.