El titular suena a disculpa. Y no tengo de qué arrepentirme ante ustedes, mientras no se me demuestre lo contrario. Pero es realidad el fracaso del PSOE. 
El 6 de septiembre, la tercera de ABC publicó un artículo de Nicolás Redondo, célebre como hijo y secretario general del PSE-PSOE, fogonazo previo a su salida del partido. En él manifiesta no acompañar a verdades que ofenden al pensamiento correcto. Es decir, no comulga con el sanchismo, ni el nacionalismo que se aleja de su patria, pero sí se pone a disposición de la España democrática del 78. Y dice que el problema no está en los separatismos de izquierdas, sino en el PSOE, que no es capaz de ser un partido de izquierdas, reformista, nacional, que mire hacia fuera, Europa. Y se pregunta dónde está la izquierda renovadora que no mira al siglo XVIII, para confesar que no lo sabe.
El palentino Virgilio Zapatero, a quien el personal de lavandería del colegio Mayor Pío XII veía salir por una ventana cada vez que entraban 'los grises' en tiempos de Franco y al que obedecí, cuando fue ministro, con justificadísimas razones en la demanda de hacer aulas nuevas en Villarramiel, se adhería con su firma a un manifiesto contra la pérdida de libertades constitucionales. Documento firmado por 250 intelectuales, muchos de izquierdas y que finalmente tuvo muchísimas más adhesiones. Virgilio confiesa que, a pesar de votar a Sánchez en estas últimas elecciones, posteriores al manifiesto, no está conforme con dejar entrar al nacionalismo porque eso no se votó e incluso se advirtió de su «no aceptación».
Desde fuera de la izquierda, pero pegadito, Xavier Nart también se indigna por el mismo motivo. Lo expresado por Guerra y Felipe González son síntomas claros de que el PSOE ha fracasado. No ha sabido repensar otro objetivo distinto de la lucha de clases y ha optado por una hipotética lucha de sexos, etc… ya obsoleto en occidente. 
Y aún, según muchos, le falta enfrentarse al gobierno en un Tribunal por la aceptación ciega, tratamiento, vacunaciones y solución de lo que pudo ser un genocidio, sin autopsias, dictaminado por un comité de expertos en pandemias.  
Aclararse toca.