Inés Molina, conocida como Inés la Maga, es una de las ilusionistas más relevantes del panorama nacional e internacional, con una trayectoria profesional que alcanza los 15 años. Sus numerosas apariciones en televisión lo avalan.
En España ha mostrado su talento para los juegos de magia en programas como Zapeando, Jugando con las estrellas o ¡Qué tiempo tan feliz!, entre otras muchas apariciones. Recientemente, participó en la gala Inocente Inocente, en la que contribuyó a sorprender al cantante Xuso Jones.
¿Cómo invitaría a alguien a ver su espectáculo?
Es el día de los Reyes Magos, el más mágico del año, y por eso llega una maga a Becerril de Campos. Es un show muy divertido, participativo, simpático y repleto de efectos personalizados.
Define al espectáculo como participativo. ¿Cuánta importancia le da a la intervención del público?
En casi todos los juegos salen uno o dos espectadores. Me gusta mucho la interacción con el público, y todo lo que me aporta lo integro en los juegos de magia. Por eso es un show muy vivo y cada representación es totalmente diferente.
Es también una manera de demostrar que no hay trampa ni cartón, ya que es el propio público el que me ayuda a hacer la magia.
Como maga, ¿considera a la magia un engaño?
En absoluto. La considero la más bonita de las artes. Mi objetivo es compartir y crear un desafío entre la lógica y la razón.
En la magia hay muy buena intención: la de ilusionar. Eso está muy lejos de querer engañar, que es algo negativo.
En sus inicios, ¿cuáles fueron sus primeros trucos?
Sería una lista infinita. Me encantan todas las ramas de la magia, aunque mi especialidad es la magia de cerca, que es la que represento en San Pedro Cultural.
No puedo decir ninguna porque es como escoger entre papá o mamá. Todos los juegos me fascinan de una u otra manera.
¿Qué es exactamente la magia de cerca?
Es una magia que, como su nombre indica, ocurre a escasos centímetros de los ojos del espectador. En mi caso, utilizo elementos cotidianos para hacerla.
Hacer los juegos a una distancia tan corta añade espectacularidad y dificultad
Por supuesto. Es muy difícil porque todos los ojos de los espectadores están clavados encima. Muchos, cuando termino, se fascinan porque piensan cómo es posible lo que he hecho si estaban pegados. Es una magia mucho más complicada, pero con el encanto de romper la distancia entre el mago y el público.
Ha participado en varios programas de televisión nacionales e internacionales. ¿Cómo cambia un espectáculo al hacerlo en un plató?
Son dos lenguajes totalmente diferentes y apasionantes. Me encanta la magia en televisión, ya que hacer un juego con una pequeña moneda se puede convertir en algo gigantesco que llega a miles de espectadores. Tiene esa cosa cautivadora de convertir lo pequeño en grande. Por otro lado, la magia en un teatro es magia viva, en el sentido de que el público se encuentra ahí presencialmente.
¿Qué publicos internacionales le ha costado más sorprender?
No es que haya públicos más difíciles que otros, pero sí es verdad que, alrededor del mundo, todo es muy diferente.
Hacer magia para los americanos, por ejemplo, es una maravilla porque les fascina, se sorprenden un montón y no tienen filtro al reaccionar. Luego hay públicos más silenciosos, como los británicos, que no se expresan tan efusivamente porque piensan que si lo hacen me interrumpen. Son más tímidos y, aunque al final aplauden un montón, durante el show se mantienen respetuosos.
Estuve trabajando en Asia también y vi que era gente muy curiosa. Todo lo que ven quieren tocarlo. Tampoco han visto mucha magia y por eso les fascina.
En España tenemos una muy buena cultura de la magia. Hay un montón de magos premiados que viajan por el mundo. Somos un público que ha visto mucha magia y sabemos apreciarla.
Ahora que ha finalizado 2023, ¿qué balance hace del año?
Ha sido un año cargado de espectáculos, tanto en España como en el extranjero. Lo que le pido a los Reyes es que 2024 venga cargado de público y ojos deseosos de ver mi magia.