Editorial

El mundo vive un momento muy convulso y de tensión al alza

DP
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El orden mundial actual se tambalea por la geopolítica cambiante

Los conflictos bélicos más próximos están enquistados. En Oriente Próximo, la guerra entre Israel y Hamás permanece latente, pero sin solución, como ha permanecido desde la creación del Estado israelí en una región geoestratégica muy convulsa. Después de haber alcanzado un alto el fuego muy costoso para ambas partes, la paz pende de un hilo. El estallido definitivo de la guerra civil en la vecina Siria ha inoculado todavía más tensión a la zona y las grandes potencias comienzan a mover sus fuerzas.

Por otra parte, en Ucrania, el presidente Volodimir Zelenski se muestra férreo ante las presiones de su homólogo ruso, Vladimir Putin, quien intenta globalizar la tensión que se vive en la frontera rusoucraniana. Esta tensión larvada durante los últimos años ya se hizo mundial y el último brote estalló en Corea del Sur, donde su presidente, el conservador Yoon Suk Yeo, decretó una ley marcial de emergencia, ante la amenaza de la oposición, a quien acusa de acercarse demasiado a los postulados del régimen comunista de Corea del Norte, de Kim Jong-un -e indirectamente de su aliada Rusia-, e intentar destituirlo. La medida fue revocada por el Parlamento y el Ejército, quien había tomado la Cámara, se retiró transcurridas unas horas, en las que numerosos ciudadanos protestaron en las calles contra la medida impuesta por el presidente. Hay que recordar que Corea del Norte es el gran aliado de Estados Unidos en Asia y Washington observa con preocupación los acontecimientos, al igual que lo hace Gran Bretaña.

La partida de ajedrez que juegan en los últimos tiempos las grandes potencias retrotrae al mundo occidental a los tiempos de la Guerra Fría y convulsiona a todo el planeta. Los conflictos regionales comienzan a adquirir un ámbito mundial y, hoy por hoy, se corre el riesgo de una guerra mundial, la tercera, si no se actúa a tiempo y con una mesura adecuada para que evitar el estallido global de los conflictos.

Los organismos internacionales, como la ONU, deben comenzar a tomar cartas en el asunto y actuar y dejar a un lado la burocracia que ahoga a las instituciones supranacionales. Ahora es el momento de conocer realmente su importancia en el orden internacional y medrar entre las potencias para que la situación no se agrave y la confrontación no vaya a más.

El orden mundial actual se tambalea por la geopolítica cambiante, donde la Rusia de Putin vuelve a erigirse como un contrapeso frente a Estados Unidos, pero con el continente asiático, con China como punta de lanza, en plena emergencia -sin mucho ruido el régimen de Xi Jinping está perfectamente posicionado ya en África y Centroamérica-.

Los próximos meses serán cruciales para el mundo tal y como lo conocemos hoy.