LaPolicía Nacional entregará mañana a la Diócesis en el Palacio Episcopal dos piezas de arte sacro de los siglos XVI y XVII que fueron robadas en 2016 y que han sido recuperadas la semana pasada de forma casual, cuando al parecer un agente fuera de servicio se las encontró en el trastero de una vivienda que había adquirido en la capital.
Se trata de dos tallas en madera policromada, una que representa a la Virgen con Niño en el brazo izquierdo, de finales del siglo XVI y de escultor anónimo castellano; y de un San Antonio Abad, una pieza barroca del siglo XVIII, que fueron sustraídas de la iglesia parroquial de Santa Eulalia de Villaldavín en noviembre de 2016.
La talla de la Virgen, con media luna bajo sus pies, era popularmente conocida y venerada en el pueblo como la Virgen del Rosario, y estuvo ubicada en el altar de ese mismo nombre. Tiene corona de metal plateado y un rosario en sus manos. Mide unos 80 centímetros de alto, aunque con la policromía muy desgastada, la media luna rota en sus parte izquierda y la cabeza tocada con su manto.
Recuperadas dos tallas robadas de la iglesia de VillaldavínLa otra talla sustraída está realizada en madera policromada y representa a San Antonio Abad con capa negra, hábito blanco, una campanilla en la mano izquierda, bastón en forma de Tau en la derecha y un cerdito a los pies, con muchísima carcoma. Además, presenta una cabeza con larga barba blanca y con una T en su pecho. Estaba ubicada hasta sus sustracción en la mesa del altar del mismo retablo de la Virgen del Rosario.
En aquel robo, los ladrones también se llevaron un cáliz moderno, de metal dorado, que se encontraba guardado en la sacristía de la iglesia, aunque de escaso valor artístico y que había sido comprado con aportaciones de los parroquianos.
valor. Tras conocerse el robo, la Diócesis indicó que de las dos tallas robadas, la de más valor artístico es la de la Virgen del Rosario por tratarse de una escultura romanista de finales del siglo XVI. Los ladrones penetraron en el templo por una ventana ubicada en el muro norte, que abrieron desde el exterior tras romper uno de los cristales. La noticia del robo se conoció cuando un vecino del pueblo se percató de que la ventana de la iglesia, que da a las antiguas bodegas, estaba abierta. Informó al párroco y al alcalde, que trasladaron los hechos a la Guardia Civil.