Arquitectura saludable para mejorar tu vida

Agencias
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La forma de construir sirve para preservar el bienestar de las personas y debería actuar como medicina preventiva tanto en el control de patologías transmisibles, como en la mitigación de enfermedades físicas y mentales

Arquitectura saludable para mejorar tu vida - Foto: Imagen de freepik

Todo el que vivió la pandemia de covid ha cambiado el chip. Y son varias las teclas que se han cambiado, por suerte, a la hora de gestionar multitud de cosas, como por ejemplo la gestión y la estructura de las ciudades. Porque, aunque igual no lo haya pensado, la distribución o conexión de las mismas puede ser clave a la hora de prevenir o de gestionar una epidemia o pandemia.

? «La arquitectura no es solo una disciplina estética o funcional. Tiene el potencial de ser una herramienta poderosa en la prevención de enfermedades. La arquitectura, en este sentido, debe actuar como medicina preventiva, tanto en el control de patologías transmisibles, como en la mitigación de enfermedades físicas y mentales vinculadas al entorno y al estilo de vida; el diseño arquitectónico puede marcar una diferencia significativa en el bienestar de las personas», afirma en este sentido Rita Gasalla, que es arquitecta y presidenta del Observatorio de Arquitectura Saludable y CEO de Galöw.

Recuerda que en España el 80 por ciento de la población vive en las ciudades, y el lugar en el que habitamos tiene un claro impacto en nuestra salud: «En las ciudades se siguen construyendo estructuras que desgraciadamente favorecen la propagación de enfermedades, o que incluso son causa de ellas. De hecho, un 20 por ciento de edificios pueden causar enfermedades, dado que están construidos a partir de materiales sintéticos, presentan una mala calidad del aire, así como una exposición indebida a radiaciones electromagnéticas, o por ejemplo a humedades».

A su juicio, actualmente se le da una mayor importancia a temas como la calidad del aire, la acústica, la movilidad activa, o la disponibilidad de áreas verdes, al considerarse como elementos que, a pesar de que puedan parecer básicos, han demostrado ser fundamentales para la salud física y mental, y sobre todo tras la pandemia.

«Las ciudades tienen que ser lugares que nos ofrezcan seguridad, accesibilidad, comodidad, además de herramientas para cuidar de nosotros mismos. La presencia de espacios abiertos, o con mejores condiciones de ventilación o de acústica, puede marcar la diferencia en la propagación de una enfermedad como pasó con la covid-19. También permite mejorar nuestra salud física y mental», agrega esta arquitecta, insistiendo en que «una urbe saludable contribuye al bienestar físico, mental, y social de sus habitantes, es decir, a una sociedad saludable».

En opinión de la presidenta del Observatorio de Arquitectura Saludable, desde la pandemia se ha empezado a mirar con otros ojos a las ciudades, no sólo como lugares donde vivir o trabajar, sino también como espacios que tienen un impacto directo en la salud de las personas: «La sociedad ha tomado clara conciencia de que todavía existen áreas poco saludables en su entorno».

Durante el confinamiento, dice que nos dimos cuenta de cuánto nos impacta nuestra vivienda y que los espacios sin luz natural, ruidosos, o mal ventilados no sólo generan incomodidad, sino que perjudican nuestra salud, tanto física como mental. Por otro lado, señala que también aprendimos que los espacios naturales exteriores y aquellos en los que socializamos, son esenciales para mantenernos activos y mentalmente equilibrados.

«En este sentido, los espacios saludables no sólo contribuyen a la prevención, sino que también potencian la recuperación de las personas, convirtiéndose en un elemento clave para fortalecer la resiliencia del sistema sanitario», agrega Rita Gasalla.

Es más, considera que una de las grandes lecciones que dejó la pandemia es que se necesitan infraestructuras más versátiles y adaptables: «Los hospitales, por ejemplo, deberían estar diseñados de manera que puedan adaptarse y reconjurarse según las necesidades de una emergencia sanitaria. La covid también nos ha dejado clara la relevancia de cuidar y de monitorizar la calidad del aire, tanto en los edificios de uso sanitario, así como en todos los espacios sociales, educativos, y de trabajo.

Cómo puede ayudar

En cuanto a la manera en la que un arquitecto o diseñador puede colaborar a la hora de mitigar o de prevenir una pandemia y sus efectos, indica que estos profesionales pueden diseñar, por ejemplo, oficinas como lugares atractivos y saludables para las personas.

Habla de abordar temas como la luz, el confort acústico, la calidad del aire, o la ergonomía, así como el uso de materiales no emisivos, la accesibilidad, seguridad, el confort higrotérmico, la radiación, o la biofilia.

Igualmente, cree Gasalla importante no olvidarse de que no todos tienen acceso a una vivienda bien ventilada o a espacios al aire libre: «Por eso, las soluciones arquitectónicas y urbanísticas tienen que ser accesibles, inclusivas y saludables, pensadas para beneficiar a toda la población, no sólo a unos pocos. Hay indicadores de arquitectura saludable que no requieren una gran inversión y afectan la salud, como la elección de colores, la luz o la ventilación».

Ahora bien, sí reconoce que se necesitan regulaciones que establezcan unos mínimos de salud en la concepción de proyectos y los materiales de construcción.