Domingo, 4 de enero de 2004. Villalbeto de la Peña firmó aquella jornada, de la que se cumplen ahora 20 años, una página transcendental de la historia de la astronomía internacional y captó la atención mediática del mundo entero por un hecho nunca antes visto en la Montaña Palentina, el impacto de un meteorito en esta pequeña pedanía perteneciente a Santibáñez de la Peña.
Eran las 16 horas 45 minutos y 45 segundos y en el cielo del norte de Palencia se observó lo que los testigos de aquel significativo acontecimiento definieron como un «fogonazo» acompañado de un «fuerte temblor» que se notó en las paredes y, sobre todo, en las ventanas. De hecho, algunos cristales reventaron a consecuencia de la fuerza de la onda expansiva.
En los primeros momentos la incertidumbre se apoderó de los vecinos de la zona tras una «extraña explosión» y un «intenso ruido» que alarmaron a varios municipios españoles. El meteoro, que mantuvo en vilo a agentes de la Guardia Civil durante los días sucesivos, también fue avistado por miles de ciudadanos en varios puntos de la geografía nacional tales como Madrid, Albacete, Valencia, Castellón y A Coruña.
El meteorito de Villalbeto de la Peña (Palencia)Se calcula, según recuerda el divulgador científico guardense Alejandro Polanco, que el objeto tenía una masa antes de su entrada atmosférica de al menos 500 kilogramos (algunos cienfíficos hablan de hasta 700). «El brillo del meteoro fue extraordinario, estimándose una magnitud aproximada de -18±1, mucho mayor que la Luna, que era visible esa tarde», detalla en un artículo publicado en su blog www.alpoma.net, que acumula más de 6.000 visualizaciones en apenas 24 horas.
La estela permaneció en el cielo casi media hora y, dado que era domingo y muchas personas estaban paseando a la hora del evento, hoy contamos con numerosas fotografías y testimonios de lo sucedido.
A 61.000 KM/HORA
El meteorito entró en la atmósfera terrestre a 61.000 kilómetros por hora y estalló a unos 28 kilómetros de altura, esparciendo fragmentos en un área elíptica de unos 20 x 6 kilómetros en el norte de Palencia (Meteoritos españoles del Museo Nacional de Ciencias Naturales-Estudios Geólogicos, de J. García Guinea, C. Martín Escorza, M. Fernández Hernán, 2006). Del objeto incial se recuperaró medio cententar de fragmentos, los primeros en territorio español en más de 57 años, concretamente desde 1947 en Reliegos (León).
Por otro lado, Polanco detalla que el bólido pasó sobre León a unos 80 kilómetros de altitud y se dirigió a Guardo, donde prácticamente en su vertical explotó dispersando una gran nube y fragmentos que cayeron sobre la Montaña Palentina, entre Guardo y Cervera de Pisuerga. Fue en esta zona donde los agentes de la Benemérita centraron las tareas de búsqueda, si bien no se estableció dispositivo especial alguno, según recogían las páginas de este periódico. Tres días después, el 7 de enero, el colectivo Astronómico Palentino inició un rastreo masivo, que se extendió por las provincias de Palencia, León y Guadalajara.
De aquellos fragmentos se exhibe una parte importante en el Museo de la Ciencia de Valladolid, que pomovió un estudio que reveló la presencia de agua líquida en lugares del Sistema Solar más lejanos de lo que se creía anteriormente. Otra de esas rocas se puede visitar en Palencia, concretamente en San Pedro Cultural de Becerril deCampos.
La caída del meteorito fue tan excepcional que incluso acabó en la Audiencia Provincial, que archivó en el año 2015 una querella por «apropiación indebida» que un vecino de Villalbeto había presentado contra un periodista. La Sala justifió el archivo al detectar «serias contradicciones».