La vicepresidenta primera de la Diputación, María José de la Fuente, calificó ayer en Palenzuela al sector agroalimentario como un «pilar fundamental» para la comunidad autónoma, donde representa más del diez por ciento del PIB regional «y emplea a miles de personas, muchas de ellas en el medio rural». En este contexto, aseveró que los alimentos de Castilla y León no son solo productos, sino «un símbolo de calidad, tradición e innovación» vinculado al sello de excelencia Tierra de Sabor a nivel autonómico, así como «una expresión de nuestra identidad» y un «vínculo con el territorio».

En paralelo, puso en valor el «esfuerzo» de agricultores, ganaderos y transformadores en la cadena de valor, desde el campo hasta la mesa, «para garantizar productos de excelencia». Este esfuerzo se ve reflejado, afirmó, en las Denominaciones de Origen (DO), las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y, en el caso concreto de la provincia, la marca de calidad Alimentos de Palencia de la Diputación (170 empresas) , «que representa el compromiso con la calidad y el territorio».

«El objetivo de esta marca es también promover la economía, fortaleciendo el tejido empresarial y apostando por la sostenibilidad y el desarrollo rural. Gracias a ella, nuestros alimentos son reconocidos y valorados en mercados nacionales e internacionales», subrayó De la Fuente.

En una tierra de vinos como el Cerrato, se refirió igualmente a los caldos de «altísima calidad», insistió en la necesidad de «identificar la riqueza» del medio rural y apostar por la «tecnificación» y a consumir «productos de cercanía». «El Cerrato es una comarca que, con su tradición agrícola y ganadera, encarna la esencia de Castilla y León», aseveró la también presidenta de ADRI Cerrato Palentino.

TRANSFORMACIÓN, UN ARTE

«Añade valor, crea empleo y genera riqueza». Así se refirió De la Fuente a la transformación de alimentos, que calificó como «un arte que combina conocimiento ancestral con innovación tecnológica».

En este punto afirmó que hay empresas y cooperativas «que han sabido integrar estas dos dimensiones, con productos únicos que llevan consigo el sabor de esta tierra y el sello de autenticidad». En paralelo, consideró que la excelencia de los alimentos no sería posible sin «innovación y sostenibilidad».