«'Diario Palentino' me acercó a entender la Palencia de hoy»

Pablo Torres
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Natural de Palencia pero venezolana de adopción desde que tenía 14 años, la escritora Carmen García Guadilla presenta hoy, a las 19,30 horas en el Casino, su novela 'El silencio de los abedules'

Carmen G. Guadilla - Foto: DP

El siglo XII estuvo marcado por el surgimiento de importantes instituciones para conservar el conocimiento como las universidades. La primera de ellas, la palentina, es el escenario utilizado por la escritora Carmen García Guadilla en su novela El silencio de los abedules. 

El silencio de los abedules busca ensalzar a la primera universidad española, fundada en Palencia en el siglo XIII. ¿Cree que los lectores tienen conocimiento sobre este hecho y la ciudad donde realmente se produjo?
Quizás sí lo saben en Palencia, pero en el ámbito global, muchos creen que la primera universidad de España fue la de Salamanca, porque fue la que perduró.

Los palentinos deben sentirse orgullosos de que haya sido Palencia la primera en fundar este tipo de centro de estudios, donde el conocimiento pasó a tener una relevancia fundamental. 

Pese al carácter divulgativo, es una novela. ¿Por qué no optó por otro tipo de género como el ensayo? 
En primer lugar, porque ya existía un buen libro de ensayo bastante completo, que es el de María Jesús Fuente, La primera universidad hispana. Pero, además, porque quería que la historia pudiera llegar a un público no especializado.

Su obra aborda una época tan compleja como el siglo XIII, cuando comenzaron a fundarse entidades tan importantes para el desarrollo del conocimiento como son las universidades. ¿Qué le llama más la atención de estos tiempos?
Los siglos XII y XIII europeos han sido llamados por algunos autores «el renacimiento medieval», lo cual demuestra que la Edad Media no ha sido solo de oscurantismo como algunos pregonan, sino que ha tenido lapsos de meritorias hazañas intelectuales, como la creación de las grandes y espectaculares obras de arte de muchas catedrales y la fundación de centros dedicados específicamente al conocimiento como las universidades, donde los estudiantes de distintos reinos europeos se comunicaban en una misma lengua, el Latín. 

La novela acerca al lector a un período medieval donde las universidades rivalizaban con la hegemonía que habían tenido los monasterios como principales depositarios del saber.

Natural de Palencia y venezolana de adopción. ¿Qué siente cada vez que vuelve a la provincia?
He tenido la oportunidad de venir pocas veces, y la sentía muy lejana pues no tenía amigos cercanos con quienes compartir mis inquietudes. La amistad reciente con Carmen Arroyo me acercó al ambiente actual. 

Leer sus artículos (digitalmente) y los de otros autores en el Diario Palentino, así como conocer las hermosas poesías de Marcelino G. Velasco, me acercó a comprender mejor la Palencia de hoy. La de mi infancia y mis ascendientes, la recreé, de alguna manera, en la novela histórica.