La Reina Sofía ha visto menguada su agenda oficial por la pandemia. Sin embargo, lo ha compensado con su tarea como presidenta de la fundación que lleva su nombre, donde se ha volcado en dar visibilidad a entidades benéficas, las enfermedades como el alzhéimer o la protección medioambiental. La madre de Felipe VI se ha mantenido al margen de las últimas polémicas que han rodeado a la Familia Real, como las regularizaciones fiscales de Juan Carlos I o la reciente vacunación de las Infantas Elena o Cristina cuando le visitaron en Emiratos Árabes Unidos.
Ajena a las supuestas actividades que llevaron al Emérito a la expatriación, sigue viviendo en el Palacio de la Zarzuela y conserva su asignación del Estado, cifrada este año en 114.240 euros.
A sus 82 años y con buen estado de salud, Doña Sofía cuenta con el apoyo de su hijo, aunque en el último año solo se les ha visto juntos en una ocasión, en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias en Oviedo el pasado octubre junto a la Reina Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.
Pese al distanciamiento del Monarca con sus hermanas, la Emérita ejerce de puente familiar y permanece muy ligada a Elena y Cristina y a sus nietos, en su vertiente de madre y abuela.
Prueba de ello fue que, tras la polvareda levantada por la vacunación de las Infantas y las explicaciones que ofreció, su hija mayor la visitó en la Zarzuela.
En el plano de su actividad oficial, la pandemia ha motivado su repliegue en público, en paralelo al alejamiento de Don Juan Carlos. Y es que, desde marzo del pasado año solo ha participado en cuatro actos como miembro de la Familia Real.
El próximo martes reaparecerá de forma telemática para presidir la reunión anual del patronato de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, después de más de tres meses y medio ausente de la agenda oficial.
Menos apariciones públicas
La entrega del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en el Palacio Real a finales de noviembre fue su último acto institucional. Tuvo lugar pocas semanas después de que el público le brindara una cerrada ovación en un concierto en el Teatro Real, en una muestra de reconocimiento a su figura.
Como es su costumbre, pasó las vacaciones en el Palacio de Marivent de Palma en verano, pero, a diferencia de otros veranos, esta vez no tuvo ningún encuentro en público con los Reyes y sus hijas y solo se la vio con su hermana, la princesa Irene de Grecia, su principal apoyo en estos últimos años de su vida.
Así, a la espera de que amaine la crisis sanitaria, la madre de Felipe VI se ha mantenido activa en los últimos meses de la mano de la Fundación Reina Sofía, de la que es presidenta.
El pasado febrero celebró tres actos con la entidad, si bien, tras el repunte de casos en la tercera ola de la pandemia, optó por hacerlo por videoconferencia desde la Zarzuela.
El primero fue una reunión con la Federación de Bancos de Alimentos, como broche a la gira que hizo en otoño por los almacenes de varias ciudades españolas para transmitir in situ su respaldo a su labor benéfica y la de sus muchos voluntarios.
También participó en una reunión sobre enfermedades neurodegenerativas, otro de los ámbitos al que más tiempo dedica, a la que siguió otra con responsables del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) relacionada con un proyecto para la gestión sostenible de plásticos.
En la imagen distribuida por su fundación, se la vio sentada en torno a una mesa circular, protegida con mascarilla, rodeada de papeles y con el bote de gel hidroalcohólico a mano.
A mediados de diciembre, en otro acto telemático relacionado con el alzhéimer, pronunció un breve discurso en inglés sobre el impacto del coronavirus, en especial, en las personas con demencia. «Ahora más que nunca, tenemos que trabajar juntos para compartir experiencias durante este año difícil y para recordar que hay cosas maravillosas ocurriendo en el mundo, como el desarrollo de vacunas para la COVID-19, lo que nos da esperanza», manifestó la Monarca, de quien la Casa Real no ha informado si se ha vacunado ya o no, al estar encuadrada en el grupo de edad que está recibiendo la pertinente profilaxis.