"Hay cerrateños de vida sorprendente y muy desconocida"

J. Benito Iglesias
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Fernando Pastor, autor del libro 'Cerrato Insólito', elaboró una lista con las 88 localidades que componen la comarca, repartidas entre las provincias de Palencia, Valladolid y Burgos, y los primeros años de trabajo las visitó todas grabadora en mamo

"Hay cerrateños de vida sorprendente y muy desconocida"

El sábado 20 de julio, en el Museo del Cerrato, en Baltanás, a las 19 horas, Fernando Pastor, colaborador de DP,  presentará en formato libro Cerrato Insólito, título de la serie de artículos recopilados y publicados en este periódico desde 2021. Después habrá más presentaciones y encuentros con lectores, estando ya fechadas el 27 de julio en Castrillo Tejeriego; el 28 de julio en Torquemada; el 30 de julio en Esguevillas de Esgueva; el 4 de agosto en Alba de Cerrato y el 17 de agosto en Hornillos de Cerrato.

Cerrato Insólito, serie que usted ha recopilado y escrito cada lunes, podrá ser leída ahora en un libro.

¿Cómo surgió la idea y cuánto tiempo ha tenido que dedicar a esta publicación para hacerla realidad?

La idea surge en agosto de 2008. Recibimos en Alba de Cerrato la visita inesperada de un amigo periodista y su mujer, pero mi familia y yo estábamos en la excursión programada en la semana cultural de este pueblo, por lo que ese día estuvieron solos y se dedicaron a hablar con los vecinos de Alba que no habían ido a excursión. Como buen periodista, este amigo sacó su innata curiosidad y su capacidad de interrogar a las personas. El día siguiente fuimos a andar, hasta la ermita de la Virgen del Monte, en Cevico de la Torre, y en la caminata me dijo: «Ayer hablé con tus vecinos y tienen muchas cosas que contar, anímate a escribir anécdotas y sucedidos sobre esta comarca». Lo di vueltas en la cabeza y decidí probar, con poco convencimiento de ser capaz de hacerlo, sobre todo porque la comarca es muy extensa, pero, poco a poco, hablando con unos y con otros, fui viendo que, efectivamente, la gente conocía historias que si no se recogían se iban a perder para siempre. Y me puse manos a la obra ya con más convencimiento.

 

Los datos, anécdotas y situaciones que narra responden a un complejo trabajo de campo e investigación  ¿Cuántas localidades ha visitado y en qué medida le han facilitado la información solicitada?

Siempre he pensado que las cosas o se hacen bien o no merecen la pena. Así que lo primero que hice fue elaborar una lista de todas las localidades que componen el Cerrato, con la documentación facilitada por el Museo del Cerrato y por su mentor, el investigador y escritor Gonzalo Alcalde Crespo. Elaboré la lista de las 88 localidades que componen la comarca, repartidas entre las provincias de Palencia, Valladolid y Burgos, y los primeros años de trabajo las visité todas, muchas de ellas varias veces, grabadora en mano. En ellas hablé con los vecinos sobre anécdotas, sucedidos, formas de vida que vistas desde hoy nos resultan curiosas, y en general todo lo que pudiera reflejar la sociología de la comarca expresada por sus propios habitantes.

Comencé a publicar lo recopilado en artículos de prensa, primero en el periódico Carrión y después en esta casa, Diario Palentino, sin perder nunca de vista el objetivo de plasmarlos en libros. Respecto a si los lugareños me han facilitado la información solicitada, pues más luces que  sombras. En general sí, pero también ha habido desconfianza al ver a un desconocido que les pregunta cosas con una grabadora en la mano, y algunos días regresaba sin lograr hablar con nadie, pero, afortunadamente, no ha sido la tónica general.

El exredactor jefe de esta casa entre 1985 y 2007 (año de su jubilación), Gonzalo Ortega Aragón, fallecido en 2018, cerrateño de Cubillas de Cerrato  y maestro de periodistas, le inculcó el amor por el sudeste palentino.

¿Qué recuerdos guarda de aquellas conversaciones  mantenidas?

Esas charlas las recordaré siempre. A Gonzalo me lo presentó mi tío, Ángel Miguel Pardo, trabajador de Diario Palentino, y yo iba con frecuencia a hablar con él a la redacción del periódico, cuando estaba en la sede antigua, encima de la imprenta. Me prestó libros sobre el Cerrato que, junto a los que yo había sacado de la biblioteca pública sobre Vertavillo, me permitieron una recreación, un viaje mental, por una comarca que me resultaba cercana por motivos familiares.

 

¿Cuáles son sus orígenes  en El Cerrato y qué es lo que más le sorprendió de su historia y de sus gentes?

Mi relación con el Cerrato es familiar., ya que mi abuelo materno, Cándido Valdeolmillos (conocido en Palencia, pues era el que ponía el marcador en la copa de la vieja Balastera), era de Hornillos de Cerrato, y en esta localidad pasé algunos veranos de mi infancia. También algo que un adolescente no olvida nunca: mi primer baile, en las verbenas de Hornillos por San Blas. Muchos años después, al nacer mi hija, Yolanda, nos planteamos adquirir una casa en un pueblo, para que su infancia, al menos en verano, se impregnara de la libertad que dan los pueblos. Y desde agosto de 2002 pasamos los veranos en Alba de Cerrato. Lo que más me ha sorprendido, quizás la gran cantidad de aspectos curiosos y de personajes con una vida sorprendente pero desconocida para la mayoría.

La orografía, costumbres y tradiciones ancestrales que encierra El Cerrato son incontables. ¿Quedan la mayor parte de ellas recogidas en su libro?

No. Es tanta la información recopilada en todos estos años, que es imposible recogerla toda en un libro. Por eso la idea, compartida con el editor (Julio Martínez, de la editorial Fuente de la Fama), es que este libro sea el primero de una colección de más volúmenes futuros. Incluso ya este primer volumen tiene más páginas de las previstas inicialmente: estaba previsto para 200 páginas y tiene 275.  Si gusta y la acogida de este primer volumen es buena, la idea es que la colección continúe.

 

Usted, además del gusto por la escritura y la investigación es una apasionado de la música flamenca ¿Está inmerso en alguna otra actividad a la que dedica su tiempo?

Mi profesión es la enseñanza de la contabilidad, pero nunca he dejado de practicar el periodismo. De hecho dedico más horas a este desempeño que a la enseñanza. Y creo que son dos actividades que se retroalimentan. Estoy convencido de que ser profesor me ha hecho ser mejor periodista, y ser periodista me he hecho ser mejor profesor, porque en ambas profesiones hay que esforzarse para trasmitir de la forma amena y clara, siempre poniéndome en el lugar del destinatario: como alumno y como lector ¿cómo me gustaría que me expliquen las cosas?, y hacerlo así.

Y sí, el flamenco es una pasión, porque es la música que con más intensidad expresa los sentimientos, tanto de alegría como de tristeza; es apasionante. El vivirlo desde dentro es otra de las satisfacciones que me ha dado el periodismo, porque uno de los medios en los que escribo es la revista Zoco Flamenco, que se edita en Madrid y me permite estar en contacto con eventos y artistas. El otro medio en que actualmente trabajo es la agencia de prensa deportiva Área 11.

 

¿Cómo definiría los relatos que cada semana ha ido publicado en los últimos cuatro años en Diario Palentino y que están parcialmente recopilados en su libro?

En primer lugar he tratado de aunar las tres provincias que abarca la comarca del Cerrato en torno a la identidad comarcal. Una especie de vertebración comarcal.

Y he tratado de hacerlo sin pretender contar la Historia, en singular y con mayúscula (que ya está escrita y además es competencia de los historiadores), sino contar historias, en plural y con minúscula. Retratar más que el paisaje el paisanaje (como diría el mencionado Gonzalo Ortega Aragón), buscando el alma en cada historia. Porque como dice Ramiro Pinto, «la historia de las personas que no salen en la Historia, es la historia». Como seña de identidad de cada capítulo, he buscado las dos características que creo que no se deben perder: que sea humano y que sea ameno.