Era una de las novedades en la iluminación navideña de este año: una decoración específica para la plaza de San Miguel con guirnaldas y un belén para «potenciar el Bautizo del Niño», tal y como explicó el concejal de Fiestas, Francisco Fernández, a este periódico hace dos semanas. No va a poder ser. El Ayuntamiento dio ayer orden a la empresa Luzormur de retirar las guirnaldas instaladas en este entorno peatonal tras las quejas porque dicha iluminación se había anclado a la iglesia de San Miguel, un monumento declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
Desde la Diócesis, su responsable de Patrimonio, José Luis Calvo, confirmó ayer que ya se había puesto en contacto tanto con el Ayuntamiento como con la Junta de Castilla y León para advertir que la instalación de estos elementos en la iglesia no está permitida por ley, al tratarse de un monumento. Queja a la que se unieron durante la mañana de ayer varios ciudadanos, que alertaron a través de redes sociales que la instalación de este alumbrado estaba dañando este bien protegido.
Además, desde la Diócesis, su responsable de comunicación, Txomin Pérez, confirmó que el Ayuntamiento no había solicitado autorización previa ni a la propia Diócesis ni a la Junta. «Si lo hubieran hecho, les habríamos indicado que no se podía», aseguró Pérez, quien descartó «mala intención» alguna por parte del Consistorio.
Retiran las luces de Navidad ancladas a San Miguel - Foto: Óscar NavarroEl Ayuntamiento asegura que «en ningún momento se ha producido daño alguno a las centenarias piedras del templo» y el propio José Luis Calvo explicó que no le consta que se hayan producido daños en la iglesia de San Miguel, ya que, en principio, los cables tensores utilizados para soportar las luces se habrían sujetado a «unos anclajes de hierro antiguos» de los que disponía la iglesia.
En el comunicado enviado a los medios, el equipo de Gobierno de Miriam Andrés aseveró que el Ayuntamiento, de mutuo acuerdo con la Diócesis, había decidido desmontar las tiras luminosas e instalarlas en algún otro punto de la ciudad. «Nuestra intención era dar un mayor realce a una de las celebraciones más populares de la Navidad palentina, como es el Bautizo del Niño, cuyo escenario no es otro que todo el perímetro de San Miguel. Este acto, declarado de Interés Turístico Nacional, pretendía ser potenciado por parte del Ayuntamiento. Sin embargo, las quejas que comenzaron a lanzarse por redes y en algunos estamentos han dado al traste con una iniciativa que hubiera sido todo un éxito y que hubiese favorecido también de manera sustancial el tránsito de palentinos por la zona durante todas las fechas navideñas», aseveraron desde el Consistorio.
Tanto el concejal de Fiestas como la propia alcaldesa, Miriam Andrés, lamentaron haber tenido que tomar esta decisión «que hubiera sido del agrado de la inmensa mayoría de vecinos y visitantes».