A finales de esta semana, el Ayuntamiento debatirá en comisión un asunto clave para el diseño de la ciudad: la aprobación inicial de la ordenanza que regulará la zona de bajas emisiones. Un documento que, al parecer, introducirá finalmente un cambio en las calles donde se aplicarán las restricciones al acceso de vehículos, ya que, tal y como desveló ayer la propia alcaldesa, se está estudiando la posibilidad de dejar fuera San Pablo y su entorno.
Hasta ayer, la zona de bajas emisiones (ZBE) de la capital iba a estar delimitada por el paseo del Salón y las avenidas de Castilla, Simón Nieto, Antigua Florida, Casado del Alisal y Manuel Rivera.
Esta delimitación fue fijada por el anterior equipo de Gobierno de PP y Ciudadanos, por lo que el Ejecutivo socialista confiaba en que ambos partidos respaldaran la ordenanza. Sin embargo, ahora reclaman que la ZBE sea más pequeña.
«El PP y Vox solicitan que reduzcamos la zona de bajas emisiones. Algo inédito porque fue la que aprobaron ellos, pero ahora parece que en la oposición ya no les vale», sostuvo Miriam Andrés. De este modo, quedarían fuera de la ZBE la zona comprendida entre las glorietas de la plaza de León, la del Campesino Ibérico y la avenida de Castilla.
El PSOE acepta esta reducción, dado que, desde un principio, había comentado que la elección del PP y Cs no era de su agrado. No obstante, la propuesta no es tan drástica como la defendida por Vox, que exige dejar fuera toda Mayor Antigua. «No podemos. Ni la UE ni el Gobierno son ingenuos y no van a aprobar una ZBE reducida a la calle Mayor y cuatro adyacentes», señaló la primera edil, recordando que en los próximos años el Ayuntamiento debe justificar una reducción de al menos el 30% de las emisiones de CO2.
«Estamos en conversaciones con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para ver si es posible reducirla sin que peligre la subvención que tenemos en ejecución, la de las cámaras», añadió la alcaldesa.
Y es que, bajo la promesa de ponerla en marcha cuanto antes, el Ayuntamiento solicitó al Gobierno financiación europea para proyectos por valor de 3.988.623 euros, dinero con el que se están llevando a cabo actuaciones como la semipeatonalización de las calles Burgos, Don Sancho, La Cestilla, Menéndez Pelayo, Antonio Maura e Isabel la Católica (1.110.000 euros); la reurbanización de Mayor Antigua y la plaza de Cervantes (549.000 euros); la extensión de la red de aparcamientos seguros de bicicletas (614.431 euros), y un sistema de control de accesos, señalización y gestión de la zona de bajas emisiones (1.724.931 euros).
Aunque desde un principio se dijo que no implantar la ZBE conllevaría devolver todo ese dinero, Miriam Andrés explicó que la ayuda para el sistema de control se concedió según la delimitación establecida por la anterior corporación. «Estamos haciendo las gestiones necesarias para saber si podemos mantener la ayuda con la reducción», especificó.
«Es fundamental que se apruebe la ZBE. En breve saldrán los fondos de la Estrategia de Desarrollo Integrado Local (EDIL), que sustituyen a los de la Edusi, y los del Plan de Infraestructura Verde de la Fundación Biodiversidad. Todos tienen subvenciones europeas que exigen cumplir la normativa de la UE. Podemos perder millones de euros; por eso apelo a la responsabilidad de todos los grupos municipales», concluyó Miriam Andrés.