Al Zunder Palencia se le resiste la segunda victoria y jugando como ayer tardará en llegar más tiempo. Fue el peor partido ante su afición en lo que va de temporada.
Marco Justo, técnico morado, hizo un primer cambio inusual, a los diez segundos, relevando a Chumi Ortega bien por jugar al despiste, bien por cuestiones técnicas, que no físicas, dado que el murciano volvía a integrarse al partido. Sea como fuere, salió intenso Zunder, con una activa defensa y un acertado ataque (7-2). Pero Birgander empezaba a demostrar el porqué está siendo la sensación de la liga. Mantenía a su equipo en esta impetuosa salida morada, con un Benite tirando de experiencia y de acierto en el triple.
Entraba el choque en un ida y vuelta, en un intercambio de canastas rápidas, juego en el que se desenvuelve mejor el Murcia, pero en el que también se encontraba cómodo el equipo palentino, capaz de mantenerle el pulso. Por primera vez se ponían por delante los visitantes, 17-18, a cuatro minutos del final del primer cuarto. Chumi volvía a ingresar ante sus paisanos, y también Manu Rodríguez, prácticamente inédito en anteriores encuentros, y que cerraba el primer capítulo con un triple que significaba el 20-21. La baja de Franke le dio esta oportunidad aprovechada. Seis minutos de aciertos de ambos equipos y cuatro en el que se encogió la canasta. Los dos conjuntos estaban contagiados de las mismas dinámicas.
Salió Zunder con un grado (o dos) más de intensidad en el segundo cuarto, endosando un 6-0 de parcial que obligaba a Sito Alonso a pedir su primer tiempo muerto. Chumi aburría a uno de los muchos y buenos manejadores visitantes, Sant-Roos. Birgander entraba al rescate. El efecto sueco dio resultado. Es la ventaja que se tiene con un Ikea, que vale para todo y resuelve cualquier carencia en el hogar. El partido, siempre con diferencias cortas, volvía a ser dominado por los murcianos.
Era el turno de la llamada a filas de Marco Justo. El minuto de reflexión más largo, ya que se fue mucho más allá por un nuevo, repetitivo e incómodo fallo en el cronometraje. Se apagó, en esta ocasión, el reloj de posesión en una canasta. 28-30 a falta de cuatro minutos para el ecuador. Va siendo hora de dar una vuelta a todo esto, porque se pierde el espectáculo y se da una mala imagen. La avería y el tiempo de reparación recordó a la final de la Copa Princesa, con la rotura de la canasta, que significó un antes y después en aquel partido que acabó ganando el Zunder. Veinte minutos de espera, veinte minutos de música y baile en las gradas. Tras la reanudación, Pasecniks y Birgander mantenían otro baile, un apasionante duelo en las alturas. Como en el primer cuarto, ponía el broche para los locales Manu Rodríguez con un triple, 38-40 al ecuador.
En el descanso, Franke, que no jugó, dándole a los pedales en la bicicleta estática, emulando a su compatriota Van der Poel. En la reanudación, duelo de pistoleros, con intercambio de posesiones con anotaciones de tres. Ese juego tan dinámico, con transiciones rápidas, no le convenía a los morados, tiempo muerto local a cinco para el final del tercer periodo con cinco arriba, 48-53. Los colegiados encendieron a una grada ya de por sí caliente. El intercambio era ahora de errores. Ya no era cuestión del que más acertase, sino del que menos fallase. 56-59, en el tercer acto. Otro parcial +1 para los murcianos. Paso a paso se hace camino, pero no brecha.
Si la abrió en el arranque del último periodo el UCAM, que con un parcial de 6-0 se fue a su máxima renta, +9. Obligado tiempo muerto de Marco Justo un minuto y medio después de haberse puesto en balón de nuevo en juego. En esa situación tan delicada llegaba el momento Chumi, el de recuperar balones imposibles, el de sumar rebotes ante torres, el de sacar personales a los rivales, el de contagiar a los compañeros. Pero la remontada no fue posible, para ello hace falta más de Chumi. En estático, ante la gran defensa rival, se bloqueó y nueva derrota.