Aumentar la plantilla en 50 empleados hasta alcanzar los 160 operarios (la actual suma 110) es el objetivo que se ha marcado en el plazo de entre seis y nueve meses la empresa Productos Virgen del Brezo, radicada en Santibáñez de la Peña y especializada en la elaboración de hojaldres en todas sus variedades: lacitos, palmeritas y fannys (todos en sus dos variedades, con azúcar y al cacao); hojaldres con fibra y bocaditos, con una producción total anual que sobrepasa los tres millones de kilos.

Este incremento «de forma gradual» de la masa social de la compañía santibañesa responde a su deseo de elevar la facturación como consecuencia directa de la ampliación de líneas en las que está inmersa la firma peñiega. «Tenemos capacidad productiva y por eso queremos crecer en plantilla. Es una muestra más de la apuesta de la  empresa por el medio rural en general y por Santibáñez en particular», explicó ayer en declaraciones a Diario Palentino su director general, José María Cano.

A todos estos futuros empleados se les abre las puertas de la empresa, primero a través de un período de adaptación y formación de cara a que cada uno de ellos esté preparado para las diferentes funciones que estos desempeñarán en las instalaciones, consolidadas como un referente agroalimentario en el oeste de la Montaña Palentina. Esta etapa inicial deriva en un proyecto laboral «sólido y estable», con posibilidad de promoción laboral en una empresa volcada con La Peña.

Los seleccionados desarrollarán su carrera profesional en unas instalaciones que cuentan con 7.000 metros cuadrados destinados a cuatro líneas de producción, horneado y empaquetado de los productos. A ellos se suman otros 3.000 metros cuadrados reservados a la zona de almacén y carga. 

VIVIENDAS PARA ATERRIZAR

La apuesta de Productos Virgen del Brezo por los nuevos empleados es tal, que les ayudará a asentarse en el territorio una vez que sean seleccionados para incorporarse a la firma. En concreto, les facilitará viviendas de alquiler para ayudarles en su aterrizaje en La Peña. 

Por el momento, ya ha adquirido dos, y espera aumentar el número en breve fruto de las conversaciones que está manteniendo las últimas semanas con las inmobiliarias asentadas en el territorio. «Es una forma de repoblar la zona», mencionó Cano.

Y es que el mercado inmobiliaro atraviesa una situación de colapso en la comarca toda vez que  los empleados de las plantas fotovoltaicas en construcción en las inmediaciones de la vecina localidad de Guardo tienen ocupadas las casas de alquiler disponibles y los alojamientos existentes.

Para paliar este déficit, el Ayuntamiento ha mantenido ya conversaciones con la directora general de Vivienda, María Pardo. En concreto, el alcalde, Manuel Maza, plantea la posibilidad de reformar parte del inopreativo cuartel de la Guardia Civil con el programa Rehabitare de fomento del alquiler en el medio rural. De conseguirlo, se dispondría de entre cuatro y seis viviendas, según el pabellón.