Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


El hombre que sabía demasiado

28/06/2024

Recomiendo el libro La guerra del retorno, aunque no se coincida con él, aporta otro sano punto de vista. Resulta esperanzadora la indignación universitaria por el drama palestino en Gaza, aunque es incómoda la equidistancia y frialdad cuando la víctima es israelí.

En política todo es discutible y solo el tiempo demuestra la inteligencia de la decisión. Existen múltiples argumentos para defender o criticar el reconocimiento de un Estado, porque puede ser la avanzadilla de un cambio o una recompensa al terrorismo. Sin embargo, es imposible argumentar la desaparición y aniquilación de un Estado soberano y democrático; encima, el único con dichas características en toda la zona.

Toda la corriente intelectual propalestina exige no pasar página. Demanda que individuos de generaciones posteriores tengan derecho a ir a un territorio que es un vago recuerdo de sus abuelos porque ellos nacieron en otros países que se niegan a considerarlos ciudadanos del lugar que les vio nacer. Esta pérdida la comparten los palestinos con israelíes, alemanes, paquistaníes, indios, armenios, griegos, turcos, etc. Por desgracia, la historia está llena de ejemplos de personas que por resultados bélicos tuvieron que irse a otro lugar. Pero todos ellos pasaron página porque si no los conflictos se eternizan y la paz nunca llega.

Todo el mundo se centra en la respuesta del ejército israelí ante el mayor ataque terrorista sufrido en su historia. Se asume que es lógico acudir a la violencia como respuesta a pretendidas injusticias, aunque, por otro lado, esas mismas personas alaben la inteligencia estratégica de Gandhi o los discursos electrizantes de Martin Luther King. ¿Hicieron ellos lo mismo?

Tendría curiosidad por saber qué piensa un palestino de Cisjordania o la Autoridad Palestina sobre Hamás. Las cosas suelen ser más complejas y ésta lo es. Pese a lo dicho, Israel se está equivocando gravemente e ignora hasta a los amigos.

La seguridad propia no puede ser a costa de la dignidad ajena y no digamos la vida. En una guerra mueren soldados, pero no todo vale para evitar un daño. No es un equilibrio fácil y algunos hablan con demasiada alegría desde la comodidad de sus casas. Una parte de la sociedad israelí cree que la seguridad se alcanza mediante el poderío militar. La paz se obtiene cuando el odio se ahoga. La creación del estado de Israel es percibida como una humillación colectiva. Me centraría en las causas de esa percepción porque hay que pasar página.

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