«La labor de AMGu deberían hacerla en otros miles de pueblos»

Pablo Torres
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Josema Yuste recibe hoy el premio AMGu de Honor otorgado por la Agrupación Musical de Guardo. El humorista inaugura en la localidad minera el X Certamen Nacional de Teatro Aficionado, en el que cierra su gira nacional de la obra 'El aguafiestas'

«La labor de AMGu deberían hacerla en otros miles de pueblos» - Foto: Javier Naval

Tras más de medio siglo subido a los escenarios, el actor y humorista Josema Yuste continúa desatando las risas entre los espectadores que tienen el placer de disfrutar de su comedia, ya sea con el tetaro, el cine o la televisión. La alegría del público, esa que tanto «le llena como artista», es la misma que invadió a la sociedad española de los 80 gracias a su popular dúo cómico, Martes y Trece. 

Recibirá el Premio AMGu de Honor como reconocimiento a todo su trabajo. ¿Cómo definiría usted su propia carrera artística?
La definiría como una trayectoria honesta, ya que he sido lo que he querido ser. Ni me he traicionado a mí mismo ni he traicionado a los espectadores. No he buscado nunca mi propio ego, sino beneficiar al público con mi trabajo.

Tras más 50 años sobre los escenarios, ¿qué momento le ha resultado más especial?
La etapa en mi faceta de humorista de Martes y Trece fue enriquecedora a nivel profesional y humano. Me hizo crecer mucho, sobre todo, con el público, la risa y la comedia. 

Luego ha habido trabajos que me han satisfecho mucho, como el doblaje del genio de Aladín o una obra sobre el marqués de Sotoancho. Son personajes que me han llenado bastante. 

Por otra parte, esta última etapa teatral me está enriqueciendo mucho a nivel humano gracias al contacto con el público. Me acerco a la gente, conozco su pulso y me siento feliz, porque lo que hago les hace felices. 

¿Qué significó para usted Martes y Trece?
Significó un espaldarazo a mi carrera de actor de dimensiones que nunca hubiera imaginado. Es una gran dosis del todo en mi vida. Le debo mucho a Martes y Trece. Gracias a eso tengo muchas puertas abiertas. 

¿Cómo valora la labor de entidades como AMGu, que contribuyen a acercar la cultura al medio rural?
De una forma claramente positiva. Siempre he dicho que me gusta más hacer teatro en un pueblo que en una ciudad. Todos tienen derecho a que esta disciplina vaya a su territorio, pero a mí, como artista, me satisface más ir a una localidad de 6.000 habitantes que a una ciudad de 3.000.000, ya que la respuesta del público es entrañable. Me lo agradecen tanto con sus risas y miradas que me llena como artista. 

La labor de AMGu deberían hacerla en otros tantos miles de pueblos  para llevar el teatro, la cultura y el arte hata el rincón más recóndito posible.

Sus raíces palentinas por parte de su madre, ¿hacen que este premio sea más especial?
Evidentemente, por el vínculo que tengo. Yo nací en Madrid, pero mi madre es natural de Santa María de Mave. Al final, tu madre tira hacia ti y su tierra también.

Además de recibir el premio AMGu de Honor, representa hoy la obra de El aguafiestas en la localidad guardense como cierre de la gira nacional. ¿Qué le diría a los espectadores para que fueran a verla? 
Estamos viviendo un momento un tanto convulso, así que creo que es una buena ocasión, incluso más que otras, para reírse.  Con mi compañía y conmigo hay cierta garantía de que eso se va a conseguir.

Mi comedia, además, es blanca, para no generar ninguna disyuntiva ni planteamiento que haga que el público se sienta incómodo. Simplemente, quiero hacerles reír con una historia, unos personajes y unos gags. Si quieren pasar un buen rato, que no duden en venir al auditorio de Guardo.

¿Cree que ahora es más difícil hacer humor o es solo un tópico?
No es del todo un tópico, es un poco cierto. Más que por la exigencia del público, es por el tema de las redes sociales, que constituyen una ventana por la que te ven muchas personas las 24 horas del día. Esto hace que estés más expuesto a las críticas inmediatas de la gente.

Te cuesta un poco más pensar qué decir para que no ofenda, y eso es inevitable. Son otros tiempos y hay que adaptarse a ellos. Yo trato de ser libre y que no me afecte, por eso no tengo redes sociales. Gracias a ello, vivo más tranquilo.

Si tuviera que quedarse únicamente con una disciplina, el teatro o la televisión, ¿cuál elegiría?
Ahora mismo, con el teatro.

¿Y cuál de las dos conlleva mayor dificultad?
La televisión, puesto que en ella incide tanto la técnica de la tecnología como un grupo humano mucho más numeroso. El teatro es un arte pequeñito, artesano, que lo puedes hacer con cinco personas. Ninguna producción televisiva baja de 30 integrantes, así que es mucho más compleja. 

Sin embargo, el teatro perdurará siempre, ya que no se puede digitalizar. Se puede grabar, pero no sería lo mismo. El teatro se ve en directo y esa es su magia, que lo estás viendo delante y te lo están haciendo solo para ti, porque al día siguiente no va a salir exactamente igual que ayer. El cine está grabado y es igual cada vez que se reproduce. Es más frío. 

Cabe esperar que, de aquí a 50 años, se pueda experimentar una evolución en el cine. ¿Cree que por su parte, el teatro, va a mantener la misma línea?
Yo creo que sí. 50 años es mucho, pero de aquí a 20 años sí se va a mantener. Al teatro le queda mucha vida por delante. No puede hacerse con robots.

La mayoría de los trabajos en los que ha participado tiene el humor como denominador común. ¿Supo desde el comienzo de su carrera que su objetivo iba a ser hacer reír?
No desde el comienzo, pero me di cuenta enseguida. Cuando de pequeño quería ser actor lo quería ser de todo. Cuando estaba en el colegio me di cuenta de que los compañeros y los profesores se reían conmigo. En el teatro siempre hice comedia y vi que era lo que me gustaba, así que no cambié. 

¿Que representa el humor en su vida?
Representa un 50 por ciento de mi vida, el otro 50 es el resto.  

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