Lima protege el legado de Victorio Macho

J. Benito Iglesias
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La Municipalidad de la capital peruana inicia la rehabilitación de la escultura erigida en 1946en homenaje al almirante Miguel Grau

Lima protege el legado de Victorio Macho

Como ya ocurrió con otra obra cumbre de Victorio Macho, el Cristo del Otero, el paso del tiempo es inexorable. Si el monumento religioso, de 21 metros de altura, tuvo que ser restaurado en 2015 tras ser inaugurado en 1931, la misma situación se repite a 9.500 kilómetros de Palencia con un monumento de 20 metros que el escultor cinceló en 1946 en Lima para homenajear a Miguel Grau, considerado el peruano del milenio.

El exilio hispanoamericano del artista palentino dejó entre 1939 y 1952 un ingente legado monumental repartido entre Perú, Colombia, Panamá, Puerto Rico, Venezuela, México, Ecuador, Brasil e, incluso, llegó hasta Washington (EEUU). La Municipalidad de Lima, según la información que se recoge en su página web, ha instalado un gran andamio que facilitará al equipo de expertos realizar el diagnóstico final del monumento a Miguel Grau y luego efectuar un informe técnico y afrontar la restauración completa de la pieza escultórica de Macho a mediados de este año.

Esta evaluación consiste en llevar a cabo una primera limpieza para ejecutar calas estratigráficas con la finalidad de recuperar los valores originales, estéticos y monumentales de las distintas figuras que lo conforman. El cuerpo del monumento cuenta con cuatro caras y graderías de ritmos ascendentes, que simbolizan la tierra del Perú. Las gradas que se ven en su base representan al mar.

En el frontis se halla la escultura del héroe naval representado con su uniforme de marino y con los brazos cruzados, entre un timón y las anclas de un barco. En los laterales aparecen esculturas que encarnan a hombres que ganan con dificultad las alturas. En la parte posterior se sitúa una placa conmemorativa del combate de Angamos (Bolivia), en el que Grau venció a los marineros de Chile, país colindante con el que Perú mantiene conflictos territoriales históricos. Finalmente, el monumento está coronado por la alegoría de la fama, que eleva sus brazos hacia el cielo para representar una especie de clamor de inmortalidad.

La construcción de la pieza se inició en 1945 gracias a la iniciativa del historiador Luis Antonio Eguiguren. Fue inaugurada el 28 de octubre de 1946 con la presencia del entonces presidente peruano, José Luis Bustamante y Rivero, y el propio escultor palentino Victorio Macho. Una parte de la obra fue fundida  en bronce en el taller de Bruno Campaniola. 

plan maestro. La rehabilitación forma parte del  Plan Maestro aprobado el 5 de diciembre de 2019 por la Municipalidad de Lima para entregar 90 esculturas del centro histórico completamente recuperadas. El conjunto escultórico de homenaje a Miguel Grau se ubica en el cruce formado por la Avenida Grau, el Paseo Colón y la Vía Expresa en una moderna zona urbana del Cercado -centro histórico de la capital de Perú- invadida por el intenso tráfico y denominada paseo de los Héroes Navales.

Junto a este monumento hecho por encargo,  Victorio Macho posee en la capital limeña seis piezas de gran formato donadas al Gobierno peruano abandonadas desde 1952 cuando regresó a España. Estas obras están fuera de exhibición pública en un almacén de la colección de arte histórico que pertenece al Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. El recinto cultural se sitúa en el distrito de Pueblo Libre en Lima, zona conocida también como La Magdalena Vieja. En una plaza anexa hay un busto de Simón Bolívar sobre un pedestal del que Macho hizo otras diez copias.