La carrera por la secretaría general del PSOE de Castilla y León sigue estando envuelta bajo un manto de muchas dudas y muy pocas certezas. Si hace unas semanas era el alcalde de Soria, Carlos Martínez, el que jugaba al despiste entreabriendo la puerta para presentarse al liderazgo regional socialista al tiempo que aseguraba que «no» se iría de Soria, ayer escenificó un papel similar la ministra de Igualdad, la vallisoletana Ana Redondo. Todo ello mientras el actual secretario general, Luis Tudanca, sigue sin confirmar si se presentará a la reelección tras su batalla interna contra Ferraz. «Yo estoy a disposición de mi partido. Siempre lo he estado y es lógico que lo siga estando», resumió tras ser preguntada sobre qué haría si el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, le pidiera que volviera a Castilla y León, ante lo que Redondo se mostró dispuesta a acatar las decisiones del partido.
No obstante, al igual que Carlos Martínez, a renglón seguido echó balones fuera y explicó que ahora mismo está «comprometida y trabajando 24 horas al día en este Ministerio que me parece que es el gran Ministerio, porque la gran política de Estado es la política de Igualdad». Sobre su intención personal, eso sí, no quiso profundizar. «Admiro profundamente lo que hacen los compañeros y las compañeras en Castilla y León. Creo que la política autonómica es una política muy cercana a los ciudadanos».
Un escenario político que no le sería ajeno a Ana Redondo, ya que fue procuradora de las Cortes de Castilla y León entre 2007 y 2015. De hecho, llegó a ocupar el puesto de portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento autonómico tras la llegada de Óscar López, hoy ministro de Transformación Digital y Función Pública, a la secretaría general del PSOE de Castilla y León.
Acto de partido
Unas declaraciones que Redondo realizó durante una visita al centro de atención a las víctimas de violencia sexual de Salamanca junto a la vicepresidenta de la Junta, Isabel Blanco. Más tarde, ya en un acto del PSOE de Salamanca, la ministra denunció que Castilla y León «se muere» después de 40 años de dictadura y 38 años de «régimen» del Partido Popular. Por ello defendió que es «vital para esta tierra» que haya un gobierno socialista. «Menos mal que gobernamos en España, con un hombre que sabe dónde queremos ir"», manifestó en alusión a Pedro Sánchez, al frente de un proyecto que «va bien» y que es «locomotora de Europa», según informa la Agencia Ical.