Pese a su todavía corta edad, la vida de Eduardo Camavinga es de cine. Nació en un campo de refugiados en Angola el 10 de noviembre de 2002 y casi 19 años después ha saltado a la primera plana del fútbol internacional merced a su fichaje por el club más laureado de Europa, el Real Madrid.
Zurdo y con 1,82 metros de altura, el nuevo fichaje blanco, cuyo contrato con el Rennes acababa dentro de 10 meses, también sorprende por su precocidad. Debutó en Primera División con 16 años y en la selección de Francia, con 17.
El carácter de Camavinga se ha forjado por la dura historia de su vida. Su familia numerosa huyó de las guerras en la República Democrática del Congo -país natal de sus padres- para refugiarse en Cabinda, un enclave angoleño situado en medio del propio Congo. En un campo de refugiados de Miconje, nació Eduardo, quien tiene cinco hermanos y una hermana.
Al poco tiempo, cuando el nuevo jugador del Real Madrid era aún un bebé, lograron emigrar a Francia. Un breve paso por Lille precedió a su estancia en Fougères, una pequeña ciudad de la Bretaña francesa (noroeste).
«Vinimos para huir de la guerra, hemos tenido que batallar mucho, el fútbol ha sido mi forma de evadirme», ha reconocido el centrocampista en alguna ocasión.
En Fougères, una pintoresca ciudad de unos 30.000 habitantes, comenzó a jugar al fútbol, hasta que en 2013 lo fichó el Rennes, uno de los principales clubes de esta región gala.
El Rennes pulió a su diamante en bruto para hacerle debutar en la Ligue 1 el 6 de abril de 2019 en un encuentro ante el Angers (3-3). Disputó un minuto y tenía tan solo 16 años y 5 meses.
En la siguiente temporada (2019-20), ya instalado en el primer equipo, otro hito. Se convirtió en el jugador más joven en dar un pase de gol en el campeonato francés, en un triunfo ante el PSG. Contaba con 16 años y 9 meses.
Esa temporada fue la de su consagración, con 25 encuentros ligueros disputados. En el siguiente curso (2020-21) se consolidó, aunque fue de más a menos, con 35 partidos, un gol y dos asistencias.
Después de haberse nacionalizado francés poco tiempo antes, el pasado 8 de septiembre de 2020 debutó en la selección absoluta, en una victoria de Francia ante Croacia (4-2), correspondiente al torneo de la Liga de las Naciones.
Otro número para la posteridad. Se convirtió en el debutante más joven con Francia después de la Segunda Guerra Mundial (1945) con 17 años y casi 10 meses.
En su segunda participación con la selección absoluta francesa, el 7 de octubre pasado, ya fue titular y marcó su primer tanto, un impresionante gol acrobático que abrió el marcador en un amistoso contra Ucrania que terminó 7-1.
Su último partido con la absoluta fue el 14 de octubre de 2020, en otro triunfo ante Croacia. Después, solo ha sido convocado en las categorías inferiores.
Un incendio arrasa la casa de su familia
El futbolista perdió su casa por un incendio cuando tenía solo 10 años y lo vio con sus propios ojos. Los vecinos tuvieron que ayudar a la familia Camavinga para encontrar una vivienda de acogida y les ayudaron donando ropa, muebles y otros enseres. Así lo narró el propio jugador hace años en una entrevista para Ouest France: «Recuerdo como si fuera ayer el día del incendio. Estaba en el colegio y por las ventanas veía a los bomberos que no paraban de pasar a toda velocidad. Pero no caí en la cuenta de que podía tener relación con mi casa. Vi con mis propios ojos la casa quemada.
El fuego se había declarado en la primera planta y mi cuarto estaba arriba. Se quemó toda mi ropa, todas nuestras cosas», explicó. Estaba empezando a dar sus primeros coletazos en el fútbol, pero su familia estaba convencida de que tenía potencial. Siempre recuerda una frase que le dijo su padre: ‘Eduardo, eres la esperanza de la familia, serás tú quien la levantará’. «No solo es una cuestión materialista, creo que puedo hacerlos más felices», señala el jugador.