Los diez lugares de Elvira Fernández Pérez, profesora de saxofón en Guardo y Cistierna
PASIONES: Explica que le gusta «correr como un animalillo salvaje» por la montaña y la fotografía de naturaleza.
TRAYECTORIA: Maestra por vocación y saxofonista de corazón, lleva dando clases de este instrumento desde hace cuatro años.
1. El Conservatorio de música de Palencia. «Pasé muchas horas y viví muy buenos momentos. Me encanta volver y cada vez que lo hago siento que una parte de mí sigue allí. Siempre me hacen ver que soy muy querida. Además, tengo que añadir que el lugar donde está ubicado, la plaza de SanPablo, me parece preciosa y todos sus sonidos (las campanas de la iglesia, los niños jugando y lo que se escucha del conservatorio) es música para mis oídos. Es una plaza que me crea muy buenas sensaciones y me da buenas vibraciones. Tengo un recuerdo muy bonito de ella».
2. Guardo y el monte de Corcos. «Como a muchas personas de esta zona, a mí también me tocó marchar de casa muy pronto, andar con la maleta para aquí y para allá y vivir en muchos sitios. Pero al final siempre nos queda Guardo, que es nuestro hogar. Su entorno nos ofrece muchas posibilidades y, personalmente, es un lujo poder salir de casa y en 15 minutos estar plantada en un monte como el de Corcos, en el que puedo adentrarme por sus senderos y perderme por ellos. Es una suerte vivir en un sitio así».
3. Velilla del Río Carrión. «Es mi segundo hogar porque es donde está la casa de mis abuelos, mi lugar favorito del mundo. Aquí he pasado prácticamente toda mi infancia y ahora disfruto del pueblo de otra forma.Me encanta robarle la bicicleta a mi abuela y dar una vuelta por toda la localidad: ver a la gente que está pescando con mosca en la orilla del río, mirar si la fuente de LaReana tiene agua o darme una vuelta por la ruta de los pescadores o subirme a la cruz y admirar todo el pueblo. Estar en Velilla me recuerda la suerte que tengo de poder vivir aquí. Además, es el punto de encuentro de todos mis amigos de la infancia. En verano salgo al vermú con ellos, mientras que el olor de las chimeneas en invierno me trae muy buenos recuerdos y me da muchísima paz. Mi meta es poder tener una casa en Velilla».
4. Los senderos de Valdehaya. «Cualquiera de estos senderos te conduce a un lugar maravilloso. En cualquier época del año es un sitio precioso, pero he de decir que mi momento preferido es a comienzo de otoño. Puedes pasarte horas caminando, corriendo o pedaleando. Los senderos conectan entre sí y te adentran en un bosque mágico con árboles enormes y piedras cubiertas de musgo».
5. Cueva Dorada. «Se encuentra al lado de Camporredondo. Para mí, esta subida se ha convertido en uno de mis lugares imprescindibles para entrenar (practico trail), ya que ofrece mucha versatilidad, aunque lo mejor es todo el paisaje que lo envuelve. A medida que vas ascendiendo te vas encontrando con diferentes escenas, en especial, hay una curva con dos pedruscos a cada lado como si de una de puerta se tratarse».
6. El pico Espigüete. «No podía faltar este lugar en mi lista. Para mí es y será el pico más representativo de la Montaña Palentina. La pendiente es considerable desde el comienzo de la subida, da igual por donde vayas. Yo soy una enamorada de subir por la arista (cara este), la cual dibuja esa silueta tan característica.Hacer cima es como tocar el cielo».
7. Puente Agudín. «Es lugar de encuentro y parada obligatoria después de haber estado de ruta por la zona. Se encuentra al lado de Cardaño de Abajo y a los pies del Espigüete y hay un bar de piedra donde coinciden los montañeros con los pies hechos polvo y los domingueros sedientos, aunque a veces es al revés. Además, desde aquí parte una de las rutas más populares, la que conduce hasta la peña del Tejo».
8. Valle Miranda. «En este punto me estoy refiriendo a la zona que une Camporredondo conTriollo, aunque no es propiamente el valle Miranda. Yo lo considero el mejor sitio para conectar con la naturaleza y con uno mismo.Es un lugar para escuchar la berrea y sentir el fluir de la naturaleza y para sentarse y detener el tiempo porque no hay nada más, solo calma».
9. El Tío Celestino. «Es uno de mis destinos favoritos por las impresionantes vistas panorámicas que ofrece.El camino está rodeado de naturaleza virgen que provoca que te pierdas y te enfangues en las escobas si no estás atento. A mí me gusta subir desde el alto del Vés, aunque reconozco que me gusta más la ruta que la meta».
10. La Escuela de Música de Guardo. «En este lugar fue donde comenzó mi afición por la música y lo que no sabía entonces era que esa afición se convertiría en lo que ahora es mi forma de vida, es decir, ser yo la que da las clases en el lugar donde fui alumna. Además, llevo 20 años en la banda. Gracias a la AgrupaciónMusical de Guardo (AMGu) descubrí lo maravilloso y sacrificado (que todo hay que decirlo) que es el mundo de la música y, actualmente, espero transmitir todo eso, que me parece tan maravilloso, a mis alumnos. Para mí es un lujo poder volver a los orígenes».