María José Sánchez lleva más de una década al frente de la dirección de la biblioteca pública de la capital, una entidad que, según subraya, debe funcionar como un «laboratorio ciudadano» donde la gente pueda «mostrarse a los demás». El pasado 24 de octubre se celebró el Día de las Bibliotecas, una fecha que se utilizó para lanzar el mensaje de que, tanto el centro de la calle Eduardo Dato como el Lecrác, cumplen una función similar.
En declaraciones a Diario Palentino, Sánchez detalla algunas de las directrices que se siguen a la hora de preparar la programación cultural mensual.
El pasado 24 de octubre tuvo lugar el Día de las Bibliotecas. ¿Cómo lo celebraron?
Hay muchos rangos de bibliotecas, como las municipales, que ceden los ayuntamientos. En nuestro caso, somos una biblioteca pública que gestiona la Junta de Castilla y León.
El 24 de octubre es el Día de las Bibliotecas, independientemente de quien las gestionen. Solemos preparar una programación alrededor de esa fecha en la que participan los ciudadanos.
Organizamos actividades en relación con la lectura, como los clubes de lectura que duran todo el periodo lectivo, y también varios eventos culturales. Este año preparamos actos musicales y encuentros con jóvenes autores.
Una cosa importante que hicimos fue dar a conocer a los usuarios que tenemos dos bibliotecas públicas importantes: la de la calle Eduardo Dato y el Lecrác. A veces, la gente se hace un lío y se piensa que somos entidades distintas. Quisimos decirle a los ciudadanos que somos iguales, que pertenecemos a la misma red, que se puede acudir a cada una de ellas con el mismo carnet y que tenemos los mismos servicios.
A la hora de realizar la programación cultural, ¿priorizan algunas disciplinas artísticas?
Ahora tenemos mucho teatro porque la Junta de Castilla y León ha organizado un programa teatral que se llama Biblioescena. Son compañías regionales que, con formatos pequeños, van pasando por todas las bibliotecas. Nosotros ponemos la agenda a su disposición y posteriormente lo programamos.
Dentro del ámbito cultural no priorizamos nada. Nos gusta que haya música, recitales, presentaciones de libros o poesía, entre otros ejemplos. Sobre todo, queremos que las actividades tengan relación con la animación a la lectura.
También participamos en los eventos agendados en la ciudad, como el festival de jazz que está teniendo lugar ahora. Cuando es el festival de fotografía, por ejemplo, organizamos exposiciones fotográficas en nuestros espacios.
¿Ve fundamental la labor de entidades como la que dirige para la promoción de la cultura en las ciudades?
Es indispensable. Las bibliotecas deben tender a ser laboratorios ciudadanos. Casi toda la programación de exposiciones, por ejemplo, es de iniciativa ciudadana, mucha de ella local. Es importante que los ciudadanos puedan exponer sus obras, y que no solo haya grandes exposiciones. Nos gusta alternar entre grandes y pequeños formatos.
En las ciudades existen otras salas donde el ciudadano no tiene nada que decir. Creo que en las bibliotecas hay buenos espacios para promocionar la iniciativa local, lo que propicia que haya creación en la ciudad y que sus habitantes puedan mostrarse a los demás. Ahora tenemos, por ejemplo, una exposición de personas con capacidades diferentes. Se puede visitar en el hall todos los trabajos que han hecho el año pasado. Es importante que el resto de la ciudadanía lo pueda ver y se pueda compartir.
¿Desde la dirección se pretende potenciar a la biblioteca como escenario para acoger los eventos de la agenda cultural de la ciudad?
De hecho, los acogemos. Muchos eventos que hay utilizan nuestros espacios.
Cuando nos lo ofrecen, incluso proponemos nuevas ideas que pueden ir en la misma línea. En la muestra de cine proyectamos muchas películas e incluso organizamos un ciclo de cine y literatura. A veces, somos nosotros los que nos ponemos en contacto con otras organizaciones y viceversa.
No es solo el hecho de venir, verlo y marcharse, sino de que los ciudadanos puedan formar parte de varias actividades.
¿Tienen ya en mente la programación navideña?
Sí. Nosotros, le tenemos que mandar la programación con fecha y hora a la Junta de Castilla y León para que se difunda el mes anterior.
En cuanto a las actividades de animación a la lectura, seguiremos con la misma dinámica en Navidad. Haremos una programación dirigida a un público familiar, ya que, como los chavales están de vacaciones, consideramos que tiene que haber un programa especial para ellos con diferentes horarios.
Después de más de una década al frente de la dirección, ¿ha notado la evolución de la entidad?
Soy consciente de que la sociedad cambia, y la biblioteca, como servicio público, también tiene que cambiar con ella.
Los servicios mayoritarios de una biblioteca hace 20 años eran el servicio de préstamo presencial de libros y el de información bibliográfica. En ese sentido, vamos perdiendo en favor de otros servicios diferentes como la plataforma de libros digitales o la plataforma eBiblio Castilla y León.
Hay servicios que se reducen, pero también aumentan otros. El préstamos presencial va bajando sus números, aunque hacemos otros eventos como prestar los libros a los clubes de lectura para que no tengan que comprarlos.
El halo presencial de las bibliotecas no se puede perder. Siempre hacemos apuestas presenciales, como los espacios expositivos o los clubes de lectura, aunque estos últimos ofrecen la posibilidad de conectarse online.
Aquí existe una actividad de socialización en torno a la lectura. La esencia como referente cultural no se ha perdido, porque el día que se pierda, vamos a ir mal.