La ermita rupestre de Olleros recibe más de 10.000 visitantes

Alba Míguez (ICAL)
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La iglesia de los Santos Justo y Pastor, auténtica catedral de la piedra, es parada obligada en el corazón de la Montaña Palentina y un lugar cada vez más atractivo para celebrar bodas, comuniones y bautizos

La ermita rupestre de Olleros recibe más de 10.000 visitantes - Foto: Brágimo (ICAL)

La iglesia de los Santos Justo y Pastor es única en España. Es la ermita rupestre de mayor tamaño, la mejor conservada del territorio nacional y con una característica que la hace aún más especial: en ella se sigue practicando el culto a día de hoy. De hecho, es uno de los lugares más demandados para la celebración de bodas, bautizos o comuniones. Está en pleno corazón de la Montaña Palentina y cada año recibe más de 10.000 turistas.

Situada en el pequeño municipio de Olleros de Pisuerga, esta iglesia románica del siglo XII es un monumento que desafía, no solo a las leyes de la gravedad, sino también al paso del tiempo. Está tallada en la propia roca y es suficiente con poner un pie en sus alrededores para sentir la inmensidad de su legado histórico. «El valor y el trabajo que hay detrás es incalculable. Se desconoce cuánta gente participó ni cuántas horas tuvieron que emplear para lograrlo, pero sí se sabe que utilizaron un pico como única herramienta para abrirse paso entre la roca», explica Celeste López, guía turística de la ermita.

El objetivo era imitar una iglesia románica pero en el interior de una cueva. De hecho, las columnas y los arcos son completamente ornamentales porque, en realidad, «no tienen nada que sujetar». La estructura de la iglesia está asegurada por la propia montaña y cada detalle está meticulosamente tallado haciendo gala de la maestría arquitectónica de la época medieval. Este conjunto está formado por la ermita, dos lauras próximas, una torre de campanario en piedra y una necrópolis con varios sepulcros antropomórficos. Tal es su magnitud, que se la considera como la Catedral de la Piedra.

Para los vecinos del pueblo, la iglesia de los Santos Justo y Pastor es un lugar de espiritualidad y serenidad. Además de la actividad religiosa, los visitantes pueden sentir la paz que emana de sus paredes y la propia guía turística reconoce que los turistas se quedan «maravillados». «Nunca se esperan que sea una iglesia románica tan grande tallada en la roca. Piensan que es un pequeño oratorio pero, al entrar, se quedan con la boca abierta. Todos coinciden en asegurar que las fotos no le hacen justicia y que es mucho más espectacular en persona».

Cada año, y más con la llegada del buen tiempo, se convierte en lugar de peregrinaje. Siempre es buena ocasión para contemplar esta joya arquitectónica pero, más aún, coincidiendo con el solsticio de verano. «Cada 22 de junio, al atardecer, un rayo de sol entra en la ermita e ilumina el altar. Enfoca, solo y exclusivamente, al lugar en el que están las reliquias de los Santos Justo y Pastor y es un todo un espectáculo», reconoce Celeste.
viaje en el tiempo. Adentrarse en el interior de la iglesia es sumergirse en un viaje en el tiempo. Sus paredes cuentan historias silenciosas a través de frescos y pinturas que han resistido los embates del tiempo. «Es una mezcla de tonos amarillos, grises y naranjas que recuerda a la región turca de la Capadocia», explica López. Ella misma, aunque no es natural de Olleros, fue una de las personas que eligió esta singular ermita para casarse. «Es imposible no enamorarse de ella».

Sin embargo, su particular diseño es también su peor enemigo ya que al estar construida en el interior de una roca presenta importantes problemas de humedad. Tanto es así, que hace algunos años decidieron sustituir las ventanas de cristal por pequeñas rejillas que facilitaran la ventilación y evitaran la proliferación de moho.

Precisamente, para ayudar a su mantenimiento, la diócesis de Palencia creó la Fundación Nartex. «Tenemos claro que las iglesias se conservan estando abiertas al público, celebrando eucaristías y permitiendo que en su interior se realicen actividades diferentes y capaces de acercar el templo al público en general», reconoce la gerente, Marta Gama.

En ese sentido, se quiere aprovechar que la ermita está ubicada en un enclave único como es el Geoparque Mundial de Las Loras -reconocido por la Unesco- para aprovechar sinergias, impulsar actividades conjuntas y ofrecer un turismo que aúne patrimonio y naturaleza. «Estamos decididos a darle un pequeño impulso. Por eso, se ha habilitado un teléfono de información para poder asesorar a los visitantes y ayudarles a diseñar rutas personalizadas. Nos amoldamos a lo que nos piden porque lo que queremos es que se vayan de aquí contentos y nos ayuden a darlo a conocer», asevera.

Y una cueva. Además, a pocos pasos de la Iglesia de los Santos Justo y Pastor se encuentra otro tesoro oculto como es la Cueva de Olleros. Un sistema kárstico con galerías subterráneas y formaciones rocosas que desafían a la imaginación. Explorarla supone adentrarse en un mundo mágico y misterioso y es mucho más que un simple espectáculo visual. Es un ecosistema único y el hogar de multitud de especies cavernícolas que han evolucionado para adaptarse a las condiciones extremas del subsuelo. La luz tenue que penetra desde la entrada de la cueva añade un toque de misterio a la atmósfera, realzando la sensación de estar explorando un reino  olvidado.

Juntos son, en definitiva, una parada obligada para todos aquellos que deseen conocer la historia, sumergirse en la belleza natural de sus paisajes o simplemente disfrutar de un momento de desconexión y tranquilidad. Un paraje aún por descubrir y que promete no decepcionar al visitante.