«Terroríficamente Cortos me ha visto crecer como cineasta»

Pablo Torres
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'Mi zona', de Cristian Beteta, fue la gran triunfadora del XII Terroríficamente Cortos. El jurado, en el que estaban presentes los directores Raúl Cerezo y Germán Sancho, falló a su favor en las categorías de Mejor Cortometraje y Mejor Fotografía

Tras tres años consecutivos participando en el Terroríficamente Cortos, Cristian Beteta se convirtió en el ganador de la duodécima edición del festival gracias a su cortometraje Mi zona, una obra con estética del oeste que busca mantener la tensión constante del espectador.

¿Cómo resumiría Mi zona sin desvelar sus secretos?
Es un cortometraje western de terror cotidiano que, básicamente, narra la historia de una chica que vuelve a casa después de una larga noche de fiesta. El coche se le estropea y aparece un hombre que intenta ayudarla, pero del que no se fía, lo que genera una situación incómoda que constituye el desarrollo del corto. 

¿Qué sintió cuando se enteró que había recibido el Premio a Mejor Cortometraje?
Mucha felicidad. El Festival Terroríficamente Cortos me ha visto crecer como cineasta. Notas que vas creciendo, que se van haciendo las cosas bien y que tanto esfuerzo se ve recompensado. 

No hay ningún otro evento, excepto el Festival de Sitges, al que haya ido en tres ocasiones seguidas como he hecho con la cita palentina.  

Uno de los puntos fuertes de Mi zona es la tensión que genera en el espectador. ¿Cómo lo consiguió?
Cuando hago cine intento trasladar escenas cotidianas a la pantalla. Creo que la tensión se genera cuando conectas con la historia del cortometraje y te das cuenta que es algo que te podría pasar a ti. En todo momento quise que el espectador se creyera la historia y que las decisiones de los personajes estuvieran justificadas.
El miedo hacia lo desconocido es una de las cosas de las que habla Mi zona. Esta incomodidad que se genera es la que propicia la tensión de la situación. 

El cortometraje se rodó en el desierto de Monegros, en Huesca. La estética western de la cinta hizo que recibiera también el Premio a la Mejor Fotografía. ¿Tenía claro desde el principio la ubicación del rodaje?
En un principio queríamos rodarlo por Cataluña. Yo soy de Sitges y no me quería ir muy lejos a hacer el rodaje porque eso implicaba un aumento de costes. Estuvimos mirando zonas mi director de fotografiá y yo por Lleida, pero no vimos nada. De repente, se nos ocurrió la idea del desierto de Monegros. Fuimos a la carretera donde se grabó finalmente el corto y fue un flechazo. Según la vimos, con sus parajes tan inhóspitos, supimos que ya teníamos la historia. Queríamos una estética potente, que aspirara a todo, y con ese escenario la teníamos.

¿Considera al género del terror el más difícil de trabajar en el cine?
Es muy relativo. Depende de tus virtudes, de tus facilidades y de cómo entiendas el cine. Hay directores que funcionan muy bien en un género y en otro no. También depende mucho del tipo de películas que hayas visto.

Dentro del terror hay muchos subgéneros. Yo, por ejemplo, estoy muy cómodo rodando historias de corte realista, ya que he trabajado en varias obras similares. A lo mejor el día de mañana pruebo a hacer comedia y no estoy tan a gusto. 

¿Cómo valora la importancia de eventos como el Festival Terroríficamente Cortos para dar a conocer el cine de autor?
Lo son todo. No tendría sentido hacer cortometrajes si no hubiera festivales. Este formato está diseñado especialmente para exhibirlo en este tipo de citas. A la gente le cuesta ponerse cortos en su casa, no sé por qué están tan maltratados. Sin estos festivales, su producción desaparecería o, por lo menos, se reduciría muchísimo. Terroríficamente Cortos o eventos similares son capaces de albergar a 600 asistentes en una sala, y eso da sentido a lo que hacemos.

¿Cree que el formato del cortometraje, por el hecho de tener que contar una historia en poco tiempo,  conlleva una dificultad añadida?
No lo creo. Yo soy profesor de audiovisuales y a mis alumnos les pongo secuencias de películas que podrían ser cortos. La secuencia inicial de Drive, por ejemplo, podría serlo. 

Me gusta defender este formato porque lo veo diferente al del largometraje. Un corto es una anécdota, un momento, algo que sucede en un instante. Podrás estirarlo para hacer una película, pero a nivel narrativo funciona de otra forma. En los largometrajes hay un desarrollo de la trama y de los personas; en los cortos, no. 

¿Cuáles son sus referencias a la hora de hacer cine? 
Me inspiro  en las películas clásicas del oeste, los spaghetti western,y las combino con lo que más me gusta del género del terror.