Tras las huellas del gato montés en la Montaña Palentina

Rubén Abad
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El joven Lucas Simal recorre en su tiempo libre los parajes de la Montaña Palentina en busca de este huidizo felino autóctono. Emplea doce horas en cada una de sus salidas al Parque Natural

Tras las huellas del gato montés en la Montaña Palentina

Su reducido tamaño (los ejemplares adultos rondan el medio metro, superiores a sus hermanos domésticos), el tono de su pelaje y su destreza a la hora de moverse por el territorio hacen del gato montés una de las especies más huidizas y difíciles de encontrar en la Montaña Palentina, pese a que la comarca es el mayor reservorio de Europa de esta especie autóctona.

Quizás es precisamente el misterio que rodea a este hermoso felino lo que le convierten en uno de los principales reclamos de la zona, hasta el punto que la propia reina emérita Doña Sofía se interesó por él y se desplazó hace apenas tres semanas a Cervera de Pisuerga y La Pernía para adentrarse en su hábitat y apoyar su conservación en el marco de un proyecto del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Pero Doña Sofía no es la única, pues el gato montés despierta pasiones a quienes lo descubren y siguen sus pasos. Este es el caso de Lucas Simal, un joven de 19 años aficionado a la fotografía de naturaleza y que desde hace tres años tiene la «inmensa suerte» de inmortalizar con su cámara a varios gatos monteses en este «paraje sin igual», como es la Montaña Palentina.

Tras las huellas del gato montés en la Montaña PalentinaTras las huellas del gato montés en la Montaña Palentina

Con la llegada del verano sus días se convierten en una «ansiada aventura» para intentar dar con este pequeño mamífero en largas sesiones por el monte en las que emplea doce horas, de 6 a 12 y de 16 a 22 horas provisto con un equipo que integran una cámara Canon EOS r7 con objetivo Canon 500 f4. Y es que el material de observación «es importantísimo», en su caso unos prismáticos para corroborar el avistamiento y la cámara para inmortalizar el momento. En cualquier caso, las observaciones suelen ser fugaces, aunque todo depende del individuo, pues al tratarse de animales salvajes temen la presencia del hombre por lo que hay que mantener una amplia distancia de seguridad.

Cuando la alarma suena, se echa la mochila a la espalda y campea el monte hasta que el felino aparece. «Es el momento de esperar y tener suerte para que él solo se acerque. No es fácil tomarle una buena foto a este bicho. Pasan los días y no tienes resultados, hasta que un día le pillas y sabes que mereció la pena», explica.

ATRACCIÓN TURÍSTICA

Tras las huellas del gato montés en la Montaña PalentinaTras las huellas del gato montés en la Montaña Palentina

«La atracción turística más común siempre se la lleva el lobo y el oso, pero lo que no sabemos es que uno de los animales más difíciles de ver en Europa y en el resto de la península no es tan complicado de ver aquí. Este pequeño felino muy territorial (hace el marcaje con la orina) y de denso y suave pelaje grisáceo es un auténtico fantasma que debemos proteger», apunta Simal.

Tras las huellas del gato montés en la Montaña Palentina
Tras las huellas del gato montés en la Montaña Palentina

Estas características hacen que sea fácil de distinguir al ojo experto, acostumbrado ya a detectar entre el follaje la línea dorsal negra que  recorre su cuerpo desde las cervicales hasta las lumbares, su cola acabada en tres anillamientos (el último de mayor tamaño), los ojos verdes claro y el muslo interior de un marrón muy claro.