Hay que querer mucho a un pueblo para pasarte toda una vida dedicada en cuerpo y alma al servicio público del municipio que te vio nacer. Todos amamos nuestras raíces pero algunos lo demuestran más que otros y luchan por sacar adelante esos pequeños municipios que pese a que no tengan un gran número de vecinos, también necesitan un regidor.
Eso es lo que hace desde hace 36 años el alcalde de Berzosilla, uno de los municipios más pequeños de la provincia. Cuenta con 45 habitantes distribuidos en cuatro localidades: Berzosilla, Cuillas del Valle, Olleros de Paredes Rubias y Báscones de Ebro. Un curioso e importante Ayuntamiento pues es casi como una isla en medio de la comarca de Valderredible, donde el territorio se mezcla con la provincia de Burgos y con Cantabria.
«Ahora tengo 60 años, en el Ayuntamiento entré con 24 años. La primera legislatura fui como independiente y el resto con el PP», concreta Juan Manuel Díaz.
Agricultor y ganadero, decidió apostar por su tierra y ayudar en todo lo que podía a sus vecinos, pese a que cuando inició su primera legislatura al frente del Consistorio afirma «no tenía ni idea de donde me metía, incluso no disponía de carné de conducir y me tenían que llevar a las localidades».
Unos inicios complicados y en los que carecían de muchos servicios, pues según afirma «lo único que me encontré cuando llegue eran los carteles de los pueblos. No había alumbrado público, el agua hacía tres años que se había puesto y la mayoría de calles estaban sin asfaltar. Hubo que trabajar mucho, el 80% de las pavimentaciones que se hicieron se pudieron realizar gracias a los vecinos».
Entonces Berzosilla contaba con casi 200 habitantes, número que ahora se ha ido reduciendo hasta los 45, de los que 44 pueden ejercer el derecho a voto y le han elegido otra vez como su regidor.
Un alcalde que se enfrenta a una nueva legislatura con la misma ilusión con la que inició la primera, pese a los momentos complicados que ha podido vivir. «La verdad que me he llevado muchos disgustos y los primeros cuatro años, no me da vergüenza decirlo, lloré. Soy una persona que quiere a su pueblo, no me considero un político. La gente cuando necesita algo viene a buscarme a mi casa».
Desde su pequeño Ayuntamiento, que este año recibirá 23.000 euros de Planes Provinciales, intenta repartir los fondos para ejecutar obras en las cuatro localidades del enclave palentino rodeado por tierras cántabras y burgalesas -la relación con todos los consistorios de la zona es buena pese a ser de diferente provincia y región-. «Dividimos el dinero cada año para dos pueblos, este ejercicio toca a Berzosilla y Olleros de Paredes Rubias», sostiene. Durante todo este tiempo asegura que de la actuación de la que más orgulloso está es la de la electrificación rural que evitó los cortes de luz que antaño se producían.
Finalmente, defiende que su municipio sea Ayuntamiento: «lo que realmente importa es solucionar los problemas diarios que les puedan surgir a los vecinos y para eso ser Consistorio, aunque sea pequeño, es fundamental».