Ni una, ni dos ni tres veces sino muchas más se ha tratado en el Ayuntamiento el problema de ornato que ofrece la plaza de los Juzgados y, en concreto, su pérgola, poblada por calcetines llenos de tierra. Ayer, la UTE FCC Medio Ambiente y Acciona Servicios Urbanos, adjudicataria del servicio de limpieza y recogida de basura, procedieron a su limpieza y retiraron ni más ni menos que casi 2.000, según confirmó la propia UTE a este periódico.

Desde hace años, se ha convertido en una mala costumbre que los usuarios de la bolera que abre sus puertas en las inmediaciones de la plaza terminen sus juegos llenando con tierra de las jardineras -e incluso con algún excremento- los protectores para los pies que se les entregan para, después de atarlos por un extremo, lanzarlos hasta que se quedan enganchados en el cenador metálico. 

El tema se ha tratado en comisiones informativas, junta de gobierno e, incluso, en el propio pleno del Ayuntamiento. La última vez, en noviembre, cuando la edil del grupo municipal del PP, Eva María Alemañ, lanzó un ruego al equipo de Gobierno para «que se intente mantener limpia la plaza de los Juzgados de la acumulación de calcetines que hay».

«Una guarrada», como reconoció la propia alcaldesa, Miriam Andrés, en esa sesión, que tiene que ver con el comportamiento cívico de los menores pero también de los padres. Y es que, tal y como denunciaron, «hasta los padres asisten a cómo sus hijos lanzan los calcetines». «O ponemos allí un policía para que riña a los padres y a las madres, no a los niños, o a medida que se va llenando, tenemos que ir limpiándolos», reconocía la primera edil.