La LEB Oro afronta la recta final de la temporada (al cierre de esta edición aún se jugaban los terceros y definitivos partidos de la penúltima ronda), donde todavía está en juego la única plaza de ascenso a la Liga ACB y, por lo tanto, la configuración definitiva de la segunda división del baloncesto nacional para el curso próximo.

O así debería ser, puesto que los ascensos desde la LEB Plata y los descensos de Oro ya se decidieron hace algunas semanas. Sin embargo, a tenor de las negociaciones que se están llevando a cabo en diferentes frentes, es muy probable que el Palencia Baloncesto no se enfrente en la campaña 2021-22 al filial del FC Barcelona (que pese a subir a Oro pretende jugar en EBA con sus jóvenes valores) y sí lo haga con el Lleida, pese a que los leridanos firmaron el descenso.

Así lo anunciaba ayer el diario La Mañana de Lleida. Una permuta que tendría un tercer actor implicado, el Cornellá, que sería el equipo que ocuparía la plaza vacante en la LEB Plata. Un vaivén difícil de explicar y de entender que debe ser ratificado por la Federación Española de Baloncesto (FEB) para ser un hecho, pero que va camino de ser una realidad.

Para el Palencia Baloncesto no cambiaría nada: se mantendrían los 19 equipos en los mismos dos grupos.