Los hospitales de la Gerencia Regional de Salud cerrarán más de mil camas en los meses centrales del verano ya que en julio y agosto se registra habitualmente una caída de la demanda asistencial y de los ingresos. Sacyl afrontará este año su particular «temporada baja» con más de 6.000 camas, que se reagruparán en plantas para clausurar de forma transitoria aquellas que se queden vacías, puesto que el índice de ocupación de plazas suele situarse en el periodo estival en un 60 por ciento.
La Consejería de Sanidad tiene ya lista la reorganización de camas y plantas, que ha comenzado a aplicarse este mes de junio en los 14 hospitales de Sacyl. El director de Asistencia Sanitaria, José María Pino, explicó que se trata de una medida de «gestión ordinaria», que se activa en verano «históricamente» debido a que en esta época se producen menos patologías, el personal de Sacyl disfruta sus vacaciones por lo que se reduce la actividad quirúrgica y algunos pacientes aplazan sus intervenciones no urgentes hasta el otoño.
En ese sentido, Pino explicó que estos cambios organizativos y de distribución interna de los recursos asistenciales se asemejan a la política de los hoteles durante el invierno, cuando ya no tienen una ocupación plena. Indicó que cierran alas y centralizan su oferta para ahorrar costes como medida de eficiencia y recordó que cada cama de hospitalización genera un coste medio de 500 euros al día a Sacyl. Por ello, señaló que la ciudadanía no entendería que se mantuvieran plazas a sabiendas de que no se van a ocupar.
Nunca completo. Asimismo, el responsable de Sacyl expuso que una media del diez por ciento de las camas, que en este momento suman 7.269, no están operativas por diferentes motivos, como obras o averías. Añadió que el 90 por ciento restante no se ocupa por completo en ninguna época del año, ni siquiera en enero, cuando por cuestiones epidemiológicas la presión asistencial crece hasta niveles máximos. De hecho, la ocupación de camas se situó en 2012 en el 74 por ciento.
Sacyl calcula que en los próximos dos meses, salvo sorpresas, los pacientes ocuparán el 60 por ciento de las camas, si bien mantendrá listas más del 83 por ciento para tener capacidad de maniobra ante la posibilidad de que se produzca un ‘pico’ en los ingresos hospitalarios. En definitiva, la Gerencia estima que de diez camas, nueve siempre están preparadas para ser usadas, si bien sólo se ocupan seis en verano y unas siete de media al año. Por tanto, según Pino los cambios en los meses estivales no suponen un cierre masivo de camas y plantas y negó que sea parte del plan de estabilidad financiera de la Comunidad.
Por otra parte, el responsable de Asistencia Sanitaria precisó que los cambios son una medida «pura» de eficiencia por lo que si aumenta la demanda asistencial las camas se activarán de la «noche a la mañana» ya que Sacyl no cierra de forma definitiva las plantas. El objetivo es evitar los gastos que genera el personal de enfermería que hace guardia las 24 horas, los 365 días o los costes del mantenimiento de las infraestructuras. Además, subrayó que el ciudadano no «notará» diferencias en el servicio ya que la reorganización de los pacientes se hace de acuerdo a criterios clínicos.
El reajuste en las camas hospitalarias ya ha comenzado en junio con 757 plazas no disponibles, lo que supone un 10,41 por ciento del total (7.269). No obstante, el plan de racionalización se centrará en julio y agosto, cuando dejará sin uso 1.068 y 1.188 camas, respectivamente, lo que supone un 14,6 y un 16,3 por ciento de las camas. En el caso de Zamora el porcentaje supera el 34,5 por ciento en agosto, mientras en Soria y Burgos se acercan al nueve y diez.