El público observa el montaje del pequeño avión ‘Mantis’. - Foto: Fotos Eli
Si hubiera sido una operación secreta, casi nadie se hubiera dado cuenta de que dos aeronaves estaban vigilando. Pero lo que se pretendía era todo lo contrario. Que los asistentes al curso, director general de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, incluido, se dieran cuenta de lo que son capaces dos creaciones «de la marca España, que está muy de moda ahora», explicó Gonzalo Pacios, jefe del proyecto Pelicano de Indra.
El aeródromo de Castrillejo de la Olma sirvió ayer de base para la demostración de las capacidades de dos drones: aeronaves no tripuladas cuyas características los hacen perfectos para labores de vigilancia «militar, policial o civil», explicaban a los asistentes los responsables de Indra.
Pese a la rachas de viento, los dos prototipos pudieron despegar sin problema, «y lo podrían hacer en otras peores». El primero de ellos, el Mantis, un pequeño avión eléctrico, dotado en este caso, con una cámara de visión normal. «Es totalmente automático, le marcamos los puntos por los que queremos que pase y a la altura, y él mismo se dirige a ellos. O le marcamos un punto que queremos observar y él mismo da vueltas mostrando la imagen», pormenorizaba César Méndez, jefe del proyecto Mantis.
Con una autonomía de 30 kilómetros a la redonda, está listo en poco más de tres minutos desde que se saca de la caja hasta que se pone en vuelo, tal y como demostraron ayer ante los asistentes a la demostración.
Mucho más completo, pero también con necesidad de más logística, el helicóptero no tripulado Pelicano -desarrollado principalmente en configuración militar «puesto que son nuestros principales clientes en este caso», indicó Pacios- despegó para mostrar que «desde dos kilómetros de distancia es capaz de reconocer personas y saber si tienen armas largas o cortas», matiza el jefe de su proyecto. Una gran pantalla mostraba al público, que fue enfocado desde lo algo por las cámaras del helicóptero, algunas de la bondades de esta aeronave: 150 kilómetros de autonomía, visión normal, nocturna y térmica, total estabilidad pese a las fuertes rachas de viento, nitidez de la imagen y un motor no demasiado ruidoso, pese a encontrarse sobre prácticamente sobre la vertical de los asistentes. Con todo esto, las aeronaves mostradas ayer públicamente en Palencia serán capaces de ayudar a las fuerzas de seguridad en cualquier operación con total discreción y sin ser detectadas.
Ayer no. Ayer se dejaron ver y bien. Como complemento de unos cursos sobre seguridad en los que se abordan las ventajas de las nuevas tecnologías aplicadas a la ciberdelincuencia, pero también a la seguridad de infraestructuras y ciudadanos como las que ayer se acercaron hasta este remoto aeródromo para conocer un poco de futuro policial hecho presente.